POLÉMICA EN LA IGLESIA

El Vaticano impide a un transexual de Cádiz ser padrino en un bautizo

El joven Álex Salinas, que no podrá ser padrino de su sobrino de siete meses, fotografiado ayer en Cádiz.

El joven Álex Salinas, que no podrá ser padrino de su sobrino de siete meses, fotografiado ayer en Cádiz.

JULIA CAMACHO
SEVILLA

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Sin padrino no hay bautizo y sí apostasía. La familia de Álex Salinas ha reaccionado así tras conocer que el joven, de 21 años, no podrá ser el padrino de su sobrino de 7 meses porque es transexual. Algo que le invalida para tal cometido a ojos del Vaticano. La transexualidad o el cambio de sexo no están permitidos en la moral cristiana, justifican desde el Obispado de Cádiz.

De familia creyente y practicante, Álex acudió a la parroquia de San José Artesano con la esperanza de poder ser el padrino de Edu. Sabía a lo que se enfrentaba. «Temblaba pensando en la reacción cuando me pidieran la partida de bautismo y vieran el nombre». Pero decidió adelantarse y exponer una situación que dejó de ser un problema cuando hace cinco años le contó a su madre lo que le pasaba y empezó «a ser feliz».

«Recibí un abrazo enorme del cura y me dijo que eso no era un problema, que iban a tramitar los papeles», explica Álex. «Ahora veo que se portó como un Judas porque ya sabía que no iban a aceptarme», dice dolido y defraudado. Poco después  el Obispado de Cádiz le confirmó que no podía ser.

El caso saltó a la luz pública y el cura le explicó a Álex que en el obispado tenían dudas y que este consultaría la cuestión con Roma. El propio obispo, Rafael Zornoza, le avisó el pasado martes por teléfono de la negativa. «Me habló de seguir siendo un buen cristiano, cuando ellos no lo estaban siendo», se queja.

UNA CUESTIÓN «MORAL» / El obispado explicó en una nota el resultado de la consulta realizada a la Congregación para la Doctrina de la Fe. «El mismo comportamiento transexual revela de manera pública una actitud opuesta a la exigencia moral de resolver el propio problema de identidad sexual según la verdad del propio sexo. Por tanto, resulta evidente que no posee el requisito de llevar una vida conforme a la fe y al cargo de padrino», señala.

La nota añade, adelantándose a las posibles críticas, que «no se ve en ello una discriminación, sino solamente el reconocimiento de una objetiva falta de requisitos».

En contraste con los gestos de apertura mostrados en los últimos meses por el papa Francisco, como el de asegurar que los divorciados no están excomulgados, el obispado recuerda que el propio Pontífice ha afirmado que la transexualidad «es contraria a la naturaleza del hombre», de lo que se deduce que «no es sana una actitud que pretenda cancelar la diferencia sexual porque ya no sabe confrontarse con la misma».

La reacción de Álex no se ha hecho esperar. «Si no me quieren, yo tampoco a ellos». Tanto él como su familia han decidido apostatar.