RESULTADO DEL ESTUDIO FORENSE

Uno de los espeleólogos muertos en el Atlas se ahogó en el rescate

José Antonio Martínez.

José Antonio Martínez.

JULIA CAMACHO
SEVILLA

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La autopsia realizada al segundo espeleólogo español fallecido el pasado mes de abril en el cañón del Wandras, en el Gran Atlas marroquí, pone en entredicho la actuación de los servicios de rescate de Marruecos, que tardaron hasta cinco días en llegar hasta los accidentados y sacarlos del desfiladero. El análisis del cuerpo de José Antonio Martínez, el policía granadino de 41 años que resultó herido y falleció a los pocos días en el barranco, confirma ahora que los golpes recibidos al sufrir el accidente no eran mortales y que su muerte se debió al ahogamiento en aguas heladas.

El despacho de abogados de Baltasar Garzón, Ilocad, que representa a la viuda, confirmó ayer que la autopsia avala por tanto las negligencias en el rescate, relatadas en su momento por el único superviviente, Juan Bolívar.

El accidente se produjo al romperse una cuerda que utilizaban. El primer montañero, Gustavo Virués, falleció en el acto, y José Antonio Martínez sufrió heridas en las piernas y contusiones en la cabeza, quedando colgado de la pared. Fueron sus propios compañeros de expedición quienes, alertados ante su tardanza en llegar al punto de encuentro acordado, les localizaron dos días después.

AYUDA RECHAZADA /Pero no fue hasta transcurridos cinco días cuando los rescatadores descendieron hasta donde se encontraban. Al enterarse de la noticia del accidente, muchos espeleólogos españoles se ofrecieron a viajar a Marruecos para participar y colaborar en el rescate, e incluso algunos de ellos llegaron a entrar en el país como turistas con una tonelada de material. También el Gobierno español ofreció ayuda de militares expertos.

No obstante, Rabat rechazó toda colaboración y confió el auxilio a sus servicios de rescate, que según los expedicionarios españoles carecían de experiencia y tenían un material  «obsoleto y  precario». El Ministerio de Exteriores llegó a reconocer después que se habían producido «disfunciones» en la coordinación entre ambos países.

El superviviente relató a su llegada a España que los marroquís llegaron con cuerdas y sin maquinaria, y que la camilla con la que intentaban izar a Martínez cayó al agua, por lo que el policía permaneció toda una noche en agua helada y llegó a avisar de que «se ahogaba». El informe forense confirma que falleció por un síndrome ocasionado por «asfixia mecánica por sumersión y compromiso respiratorio», con la hipotermia como agravante.

Desmiente por tanto la versión dada por el servicio de medicina legal marroquí, que atribuyó el fallecimiento a la gravedad de las heridas. El despacho de abogados insiste ahora en la necesidad de continuar con la investigación de los hechos para determinar la responsabilidad de los distintos actores implicados en el rescate. La familia del fallecido ya había presentado en junio dos escritos en un juzgado de instrucción de Granada reclamado una investigación sobre las causas de la muerte y los medios empleados por Marruecos para llevar a cabo el Marruecos.