NUEVA OPERACIÓN DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD

Uno de los detenidos por el 22-M es un ultra afín a Ynestrillas

La policía arresta a 10 personas más por las agresiones a los antidisturbios

MANUEL VILASERÓ
MADRID

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Una nueva operación policial contra los presuntos responsables de las violentas agresiones a los antidisturbios tras las Marchas de la  Dignidad del 22-M se saldó ayer con diez detenidos y otros nueve imputados. Entre los primeros figura un miembro de la ultraderecha con antecedentes policiales por otros altercados y que ha pedido que le defienda un abogado de la familia Sáenz de Ynestrillas.

La detención podría sembrar dudas sobre el papel que grupos de radicales fascistas pudieran haber tenido en el inicio de los incidentes. Fuentes policiales indicaron que el joven se había pasado al «anarcofascismo». Probablemente se refieran  dichas fuentes al grupo Bandera Negra, creado por Ricardo Sáenz de Ynestrillas, condenado en el pasado por varios actos de violencia y líder del falangismo posfranquista.

Bandera Negra se define como un grupo «autogestionario y revolucionario» que defiende la abolición de la monarquía, apoyó al movimiento de los indignados y se solidarizó con la revuelta de los vecinos de Gamonal, en Burgos, aunque desde los movimientos sociales se considera un «disfraz» adoptado para poder «reventar manifestaciones».

IDENTIFICACIÓN CON LOS VÍDEOS/ Los nueve restantes detenidos son militantes de grupos de «extrema izquierda y antifascistas», así como integrantes de los Bukaneros, seguidores radicales del Rayo Vallecano, según la policía, que ha usado los vídeos de la noche del 22 de marzo y «una amplia colaboración ciudadana» para identificar a los autores.

Uno de los arrestados, Ismael N.,  es acusado arremeter contra un grupo de agentes con una señal de tráfico. La policía informó que también se había detenido a Miguel M.S., el único de los 21 primeros arrestados que ingresó en prisión, pero su abogado desmintió ayer la información. «Está en Alcalá Meco y  no se le puede volver a detener», ironizó Jesús Calpe. El juez le acusa de golpear con una piedra a un agente al que otros jóvenes le habían quitado el casco y la policía le culpa ahora también de haber atacado a otro antidisturbios con una lanza artesanal.

Todas las detenciones se han efectuado en Madrid y no tienen ninguna vinculación con Resistencia Galega, el grupo terrorista que fuentes policiales relacionaron con los incidentes. La operación ha recibido el nombre de Puma 70, el subgrupo de antidisturbios que quedó aislado y fue el blanco de las agresiones .