Uno de cada cuatro dependientes muere esperando recibir la ayuda

El 23% de las personas que durante el 2014 causaron baja por defunción en el Sistema de Autonomía Personal y Atención a la Dependencia no habían llegado a percibir ninguno de los servicios o ayudas a las que tenían derecho. Así se deprende de  la última estadística del IMSERSO, actualizada con fecha del 30 de noviembre de 2014, que cifra en 167.869 los dependientes en lista de espera, informa Europa Press.

En la fecha citada, el sistema tenía 729.313 beneficiarios, frente a los 742.455 registrados en las mismas fechas del 2011. En los primeros 11 meses del 2014 se incorporaron 56.834 personas, cuando en el 2013 lo hicieron 92.912, y en el 2012 fueron 131.898 las que entraron a formar parte del sistema.

En total, son 897.182 las personas que tienen reconocido su derecho a recibir una prestación o servicio y de ellas, 167.869 (el 18,7%) se encuentran en lista de espera. En el año 2011 figuraban 1.048.424 personas con derecho a prestación y 305.969 esperando recibirla (el 29%).

Para la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales, la reducción del número de personas en lista de espera se explica por dos motivos. Primero, porque el Gobierno del PP pospuso en diciembre del 2011 la incorporación al sistema de los dependientes moderados, que salieron así de la lista de espera. Segundo, porque son muchas las personas que fallecen esperando recibir la ayuda.

Esta entidad indica que más de cien mil personas murieron esperando la ayuda entre enero del 2012 y el 31 de octubre del 2014, cuando se dieron 270.032 altas en la lista de espera y 130.908 bajas, de las que 29.838 eran dependientes moderados cuya atención se había pospuesto y 101.070, personas que fallecieron.

«El sistema se colapsó en el 2012. En el 2013, las nuevas atenciones se dieron solo en la medida en que se producían bajas de personas atendidas. En el 2014, el comportamiento fue aún peor, lo que se tradujo en  27.116 atendidos menos, siempre según los datos oficiales. Es indignante y cruel la ocultación del colapso del sistema bajo la apariencia de una gestión eficiente», lamenta la asociación.