El único avión de Castellón

«Bon dia, ¡maestro! ¡Estamos echándole gasolina!»,bromeaban ayer los operarios que daban los últimos remaches al primer avión que por fin llegó ayer al aeropuerto de Castellón.Aterrizó a eso de las 10.30 horas, procedente del taller del escultor valenciano Juan Ripollés en Burriana, a 50 kilómetros.

No se trata de una extraña aerolínea, sino del remate a la megalómana escultura de un hombre, al cual le sale de la cabeza un avión y que está colocada en la rotonda de entrada al aeropuerto. La estatua mide algo más de ocho metros de largo y está hecha de aluminio. Está inspirada en el expresidente provincial del PP y expresidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, ideólogo e impulsor de este aeropuerto inaugurado en marzo del 2011 y en el que, excepto este aparato procedente de Burriana, no ha aterrizado ningún avión.

Después del ensamblaje final de las piezas, el avión tardó un rato en despegar.«¡Ya vuela, ya vuela!», aplaudía una de las hijas de Ripollés, que con su hermana, sus hijas, su marido, su madre y un nutrido grupo de periodistas se desplazaron ayer a la rotonda de Vilanova d'Alcolea para presenciar el acontecimiento. Finalmente, la aeronave escaló los 24 metros que separan la parte de lacabeza del suelo y se posó sobre ella. Con la ayuda de una grúa.

El conjunto de 33 toneladas de peso ha costado 300.000 euros a la empresa pública que gestiona el aeródromo, Aerocas, y que preside el propio Fabra. Esa especie de torre de control en medio de la nada, aguarda ahora a que el aeropuerto abra sus puertas un día y deje de ser un lugar con miles de metros improductivos. En los terrenos de alrededor, miles de conejos excavan madrigueras: esta era su casa antes de que el empeño personal de Carlos Fabra decidiera que aquella era una zona en expansión donde construir urbanizaciones, algún campo de golf más y un aeropuerto -«el del abuelito»- parasu provincia. De momento, los proyectos urbanísticos están en el aire y el aeródromo aún no se ha visto volar a ningún avión de verdad, pero Carlos Fabra ya tiene su escultura.

Retrasos y retrasos

Desde que Fabra y el entonces presidente de la Generalitat, Francisco Camps, inauguraron el aeropuerto, el inicio de las operaciones ha ido retrasándose. Primero se dijo que los vuelos comenzarían en febrero del 2012, luego en abril de este año. La última fecha es enero del 2013. Antes, deberá remodelarse la plataforma de giro de los aviones, que incumple las condiciones de Aena.

El recinto sigue vallado y custodiado por vigilantes de seguridad privada. Mantener el aeropuerto cuesta 35 millones de euros al mes. En Aerocas trabajan siete personas; las únicas -además de Carlos Fabra- que tienen acceso al aeropuerto. Solo su director cobra 82.200 euros anuales.

Ripollés, amigo personal de Fabra, asegura que no ha cobrado los 300.000 euros de la escultura y que ha tenido que poner 127.000 euros más de su bolsillo. Su valor, dice, es«mucho mayor» que el precio firmado con el consorcio en el que participan la Diputación de Castellón y la Generalitat valenciana. Aunque ayer negó que la escultura esté inspirada en Carlos Fabra, tanto él como el político lo admitieron en su día.«Se ha inspirado en mí, y yo creo que no inmerecidamente, que he tenido mucho que ver con el aeropuerto, si se me permite la inmodestia»,dijo Fabra quien realizó personalmente el encargo a Ripollés en el 2010.

Hasta el momento la Generalitat ha gastado 150 millones en una infraestructura que se vendió como prioritaria. Los carteles publicitarios que anunciaban el aeropuerto siguen rezando a un lado y al otro de la CV-10:«Rumbo al desarrollo». «Embarque al futuro».