SALUD

Unas gafas para 'corregir' las cataratas sin operación

Europa selecciona un proyecto español para el desarrollo de un sistema optoeléctrico alternativo

PIONERO.  El investigador y profesor Pablo Artal, en el Laboratorio de Óptica de la Universidad de Murcia.

PIONERO. El investigador y profesor Pablo Artal, en el Laboratorio de Óptica de la Universidad de Murcia.

ANTONIO MADRIDEJOS

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La cirugía para corregir las cataratas es un procedimiento médico totalmente acreditado y con una tasa de éxito elevadísima, pero hay algunas circunstancias que impiden su aplicación, como la falta de quirófanos en el tercer mundo o particularidades propias de algunos pacientes. Buscando alternativas, el Consejo Europeo de Investigación (ERC, según sus siglas en inglés) ha decidido otorgar un Advanced Grant, una de sus millonarias y prestigiosas subvenciones, a un proyecto encabezado por Pedro Artal, catedrático de la Universidad de Murcia, para el desarrollo de unas lentes optoeléctricas que procesarían la imagen observada y permitirían la visión sin las características perturbaciones que ocasionan las cataratas. Artal, que dirige el Laboratorio de Óptica de la misma universidad (LOUM), dispondrá de 2,5 millones de euros para un plazo de cuatro años.

Las cataratas, patología de la visión caracterizada por un oscurecimiento del cristalino del ojo, son causantes del 51% de los casos de ceguera en el mundo, principalmente en países en desarrollo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En la operación quirúrgica, lo que se hace es sustituir la lente natural por una artificial.

El proyecto de Artal, que se denomina técnicamente Seecat, parte del concepto de óptica adaptativa que, por ejemplo, ya emplean los telescopios para corregir las distorsiones que la atmósfera terrestre ocasiona en la visión de los objetos lejanos. Si se pueden determinar las características de la distorsión, se podrá actuar en consecuencia y corregirla. En lugar de una lente, según el proyecto de Artal, se emplearía una pantalla de cristal. Las gafas se podrían llevar todo el día.

El director del LOUM explica que la pérdida de visión en las cataratas se produce porque los rayos de luz se dispersan al volverse lechoso el cristalino y la luz no llega correctamente a la retina. «Nuestro objetivo -afirma Artal- es desarrollar un dispositivo de corrección de esa difusión, de la misma forma que ya se emplean lentes para corregir la miopía o el astigmatismo».

Claro está que el desarrollo no será fácil. «Al ERC le gustan las investigaciones con un alto grado de innovación, aunque no esté garantizado su éxito», asume Artal. En la edición de este año de los Advanced Grants, que son las principales ayudas a la investigación que otorga el Séptimo Programa Marco de la UE, se habían presentado más de 2.400 candidatos. España logró 13 sobre un total de 284. Nunca Murcia había recibido una ayuda de este tipo.

LIGADAS AL ENVEJECIMIENTO / Las cataratas son una patología vinculada al envejecimiento de la población, por lo que el aumento de la esperanza de vida ha provocado un notable incremento. Según datos del 2011 de la Sociedad Española de Cirugía Ocular, se calcula que esta discapacidad visual afecta al 50% de las personas de entre los 65 y los 74 años, mientras que la prevalencia es superior al 70% entre los mayores de 70 años. «A la larga, si viviéramos muchos años, todos acabaríamos teniendo cataratas», prosigue el director del LOUM.

«Si la cirugía funciona con éxito, cualquiera puede preguntarse por qué es necesario entonces nuestro proyecto de investigación», apunta Artal. El objetivo de Seecat «son las personas que residen en países subdesarrollados y no tienen acceso a esta operación, así como aquellos pacientes de alto riesgo que no pueden ser intervenidos», añade. Las gafas «serían una alternativa real para los pacientes del tercer mundo si se comercializan a gran escala y se logra un precio competitivo». También podrían servir para usuarios que quisieran retrasar la operación.

Estos desarrollos también serían útiles para mejorar el método de diagnóstico en oftalmología. Aplicando estos correctores optoelectrónicos a sus oftalmoscopios, los especialistas podrían observar sin problema a través del cristalino el estado de la retina dañada.

Pablo Artal (Zaragoza, 1961) trabajó en el Institut d'Optique de Orsay, en Francia, y luego en el Instituto de Óptica del CSIC. En 1994 se incorporó como catedrático en Murcia. «Llevamos más de 25 años buscando soluciones a las patologías del ojo. Esto es un paso más», concluye. Uno de sus trabajos ha sido precisamente el desarrollo de lentes intraoculares para cirugía.