«Es una torre de Babel basada en el respeto»

A Arturo Rosero, que dirige desde lo alto de un escalón las tareas de una de las brigadas de limpieza del bloque (todo hombres), nunca, en todos este tiempo, se le ha pasado por la cabeza regresar a su Ecuador natal. Vino a España hace 14 años y hasta hace solo tres, cuando perdió el trabajo, las cosas le habían ido «viento en popa», cuenta. «Trabajé muy duro y en muchos oficios, pero fue perder el trabajo y perderlo todo», lamenta este satisfecho padre de dos chavales, chico y chica, de 23 y 18 años, que, «pese a lo difícil que lo han tenido en estos últimos tiempos siguen adelante con sus estudios».

Con todo, más que de hechos, de lo que quiere hablar Arturo es de sentimientos. Primero, de la frustración, de la impotencia y de la profunda sensación de culpabilidad que sintió cuando perdió su casa, por la que llegó a pagar una hipoteca de 1.470 euros mensuales. Luego, de la rabia, del orgullo herido, cuando se dio cuenta de que los bancos le habían tomado el pelo. «Me habían estafado, directamente, sin matices», explica, tras recordar lo complicada que fue su vida familiar durante ese tiempo.

Y finalmente, de la solidaridad, de la tolerancia y «del respeto hacia los demás con que se vive en esta torre de Babel». Tras este periplo, Arturo, con la autoestima recuperada, es ahora el alma activista del bloque.