Una denuncia por acoso machista cada día

Cada día una mujer presenta una denuncia por acoso machista en Catalunya. Desde que en julio del 2015 entrara en vigor el artículo 172 del Código Penal y hasta el 31 de octubre del presente año, los Mossos d’Esquadra han recogido 478 querellas por el control enfermizo que quieren ejercen sobre ellas sus exparejas.

La aclaración jurídica de este delito ha solventado un vacío penal que había provocado que hasta la fecha quedara sin denuncia, o se contabilizara en el mejor de los casos como 'amenazas' o 'coacciones', como le ocurrió a Carmen Ciudad, una barcelonesa que relató a este diario el calvario al que le sometía su exnovio, y que psicólogas como Montserrat Bravo o Alba Alfageme consideran que provoca graves daños psicológicos. 

Las mujeres que piden ayuda a la policía catalana aluden a una persecución continua por parte de sus agresores -exparejas en la mayoría de casos- que ahora el Código Penal describe como conductas que alteran "gravemente" el desarrollo de la vida cotidiana de las víctimas porque "se la vigila o persigue". La mayoría de las denuncias, no obstante, se siguen presentando por agresiones psicológicas (43%) o por agresiones físcias (39%). 

VIGILANCIA Y PROTECCIÓN

La sargento Montserrat Escudé, responsable del Grup Central d’Ajuda a la Víctima (GCAV) de los Mossos d’Esquadra, coordina todas las tareas de protección y acompañamiento que reciben las mujeres maltratadas. Esta unidad contacta periódicamente con todas ellas para interesarse sobre su estado, para darles consejos de prevención y para evaluar de forma permanente el grado de peligro que corren. 

Cuando los Mossos, a través de los cuestionarios que realizan -o de la valoración del profesional que la atiende-, detectan un riesgo elevado para la víctima, activan medidas de protección, aunque el juez que lleva el caso "decida no decretar ninguna medida", subraya la sargento. En Catalunya, 147 mujeres tienen protección policial y 14 están bajo la vigilancia permanente de agentes.

VÍCTIMAS OCULTAS

El problema principal, sin embargo, es que las mujeres más vulnerables no denuncian. En Catalunya, entre el 2008 y el 2015, el 74% de las mujeres que fueron asesinadas no habían denunciado a su agresor. Y del 26% que sí denunciaron, un 89% no contaba con ninguna medida judicial de protección.

Estas cifras no solo remiten obligatoriamente a la gastada metáfora del iceberg que ilustra que la inmensa mayoría de las mujeres maltratadas no pide ayuda, también desarticula el rumor creciente de que cada vez son más que las que presentan querellas falsas contra sus parejas o exparejas.

Ester Garcia, vicepresidenta de la Associació Dones Jurídiques, y la sargento Escudé remarcan que se trata de un "bulo" contra el que hay que defenderse porque obstaculiza un avance social ya de por si “lento”.

LOS TRES MOTIVOS DEL SILENCIO

Alba Alfageme, experta en violencia sexual, describe tres grandes motivos que llevan a las víctimas a no presentar una denuncia: el miedo a las represalias por parte del agresor, la percepción de que no servirá de nada y la voluntad de ahorrarse el juicio social al que les someterá su entorno más próximo si denuncian a su pareja. 

Psicólogas, letradas y policías coinciden en que el objetivo sigue siendo el de lograr que cada vez más mujeres encuentren el valor de pedir ayuda. Este jueves una mujer de 26 años ha sido degollada por su exnovio en Madrid. Ella tampoco había denunciado. En el 2016 ya han muerto cuatro mujeres en Catalunya (cinco si se tiene en cuenta el caso de Premià de Mar), y en todo España ya son 40. Una lacra que no cesa.