Una montaña infinita

Formación en el aula 8 Una clase teórica en el instituto de La Pobla de Segur.

Formación en el aula 8 Una clase teórica en el instituto de La Pobla de Segur.

CARME ESCALES / LA POBLA DE SEGUR

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Botas, esquís, pieles de foca y crampones fueron parte del equipaje que Pau Gómez preparó para pasar una semana el pasado noviembre en los Alpes franceses, junto a otros nueve alumnos. Allí se impartió la primera semana de clase de lo que Pau define como un máster en esquí, la formación que él y sus compañeros realizan en el instituto de La Pobla de Segur y que, si todo va bien, la próxima primavera los convertirá en los diez primeros titulados de toda España como técnicos superiores deportivos en esquí de montaña.

Gómez nació en Mataró hace 30 años y en los últimos 12 ha realizado diferentes grados de FP en conducción de actividades en el medioambiente, snowboard y montaña. Tenía claro que quería trabajar en la montaña. Se instaló a vivir en el Pallars Sobirà y en el instituto de La Pobla se sacó los mencionados grados superiores. Durante la temporada de invierno, Pau es el responsable de la escuela de esquí de la Pleta del Prat de Tavascan (Pallars Sobirà), y en verano es guía de montaña en los Alpes franceses. La titulación que ahora persigue le abrirá nuevos caminos laborales. «De entrada, para cumplir mucho mejor a nivel laboral con formación y contenidos que completan lo aprendido hasta ahora y mi experiencia práctica», explica Gómez. «Pero también podría formar a deportistas de élite, dirigir carreras de esquí de montaña, asesorar técnicamente a sus organizadores o coordinar una sección de esquí de montaña de un club», dice.

Gestionar el riesgo

También Joan Belmonte fue a los Alpes, aprovechando la nieve que allí ya permitía en noviembre esas clases de esquí. Desde el 91, Belmonte, que coronó el Everest en el 2000, trabaja como guía en deportes de montaña y aventura. «Mi tarea es transmitir a los clientes los valores que la montaña permite desarrollar: lucha, sacrificio, resignación, compañerismo, respeto, satisfacción, trabajo en equipo, autosuperación, y siempre un nuevo reto delante», describe el atleta. «La principal tarea del guía es la planificación y gestión del riesgo, que comporta tener que tomar decisiones constantemente. Una buena planificación hará que tengas más y mejor información que ayudará a tomar decisiones más adecuadas», explica el alumno del instituto.

Mariona Orfila es profesora allí, el puente entre la teoría y la práctica. Coordina la especialidad de escalada y da clases prácticas de montaña, nieve y excursionismo. «La escalada ha sido mi motor para recorrer el mundo», afirma Orfila, que compagina su labor docente con la de guía de trekings de medio o gran recorrido para una agencia.

«Aprender a desenvolverse en un entorno tan determinante como la montaña no es fácil. Si el alumno llega sin una base de montaña, es muy difícil que lo aprenda en poco tiempo, pero se le exige. Por el contrario, si llega con experiencia y una vida totalmente adulta y acostumbrada al entorno, cuesta mucho encerrarlo en un aula y que siga la formación», indica Orfila.

Richard (La Haya, 1978) era operario de grúa en Madrid cuando vio venir el frenazo de la construcción. «Pedí el finiquito y busqué dónde poder sacarme un título para trabajar en lo que siempre fue mi pasión: el snowboard», dice. «Además de ser público, con acceso a becas, el título del instituto de La Pobla de Segur tiene validez internacional». Richard tiene ya tiene el título de técnico en snowboard y con él va en busca de los inviernos de cada país, y ahora se ha matriculado en senderismo.

Poder entrar en algún cuerpo de rescate de la Administración es uno de los objetivos de Pablo García, alumno de segundo nivel de media montaña en el instituto de La Pobla. «Creo que es la única formación que te puede dar puntos para optar a ello», dice. «Las asignaturas teóricas son las mismas que tiene que hacer un técnico deportivo de fútbol, por ejemplo. Incluyen bases psicopedagógicas y programación didáctica», señala García.

Reciclaje profesional

Regularizar la situación profesional de guías con dilatada experiencia es el caso de Ferran Latorre, para quien la montaña -asegura- ha sido su vida desde los 14 años. Trabajó 12 años en el programa de tele Al Filo de lo imposible, viajando y escalando por todo el mundo. El pasado julio, con 43 años, coronó el K2. «Cuando éramos jóvenes tuvimos una formación muy voluntariosa pero poco rigurosa y básica. Para mí era necesario un reciclaje. Estos estudios ofrecen profundidad y rigor en las materias y un abanico muy amplio y completo de temáticas. Sobre todo los temas de autorrescate, donde yo me sentía más verde, me han aportado mucho», expone Ferran Latorre.