PETICIÓN DE LA FISCALÍA DE GIRONA

Una familia afronta siete años y medio de cárcel por el ruido de un piano

Los acusados hicieron caso omiso a cuatro requerimientos administrativos

J. G. ALBALAT / Barcelona

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LaFiscalía de Girona ha pedido siete años y medio de prisión para una joven intérprete dePuigcerdà y para sus padres por molestar a losvecinos tocando elpiano y por desoír los reiterados requerimientos del Ayuntamiento para que insonorizara la habitación.

La fiscalía ha argumentado en la "gravedad" del caso la condena solicitada, pero ha abierto la puerta a una rebaja de la pena o a un posible indulto parcial si se aprecia una disminución de los perjuicios o la adopción de medidas correctoras eficaces para reducir el sonido del piano.

En su escrito de acusación, el fiscal acusa a la joven Laia M. H. y a sus padres, Luis M.O. e Isabel H. M., de un delito contra el medio ambiente y otros de lesiones por los daños psicológicos que los ruidos de un piano provocaron supuestamente a una vecina, que fue la que presentó la denuncia.

Esta elevada petición ha indignado al abogado defensor al considerar que la causa se sustenta en un "error conceptual" por trasladar a la esfera penal un asunto que debería dirimirse a través del derecho administrativo o civil que regula las relaciones vecinales. La fiscalía, sin embargo, estima que "la actividad sonora tuvo una duración muy extensa", ya que se inició en el 2003 y finalizó en el 2007 y que los acusados hicieron caso omiso a cuatro requerimientos administrativos expresos para que se cesara esta actividad o insonorizaran la habitación. La vecina afectada tuvo que abandonar su casa.

Durante cuatro años

El fiscal de Olot,José Antonio Alonso, que además de la pena de cárcel reclama una multa y una indemnización de 21.900 euros, a la que se sumaría las secuelas, detalla que durante cuatro años la interprete, "alentada y ayudada activamente por sus padres", se dedicó a tocar el piano en su casa de Puigcerdà durante ocho horas diarias un mínimo de cinco días a la semana en una habitación que no estaba insonorizada.

La música, destaca la acusación, ocasionaba niveles de ruido "notablemente superiores" al límite de 30 decibelios que establece la ley en horario diurno. El escrito detalla una serie de mediciones sonométricas que arrojaron índices de 36 decibelios.

En marzo del 2006, la vecina afectada presentó una denuncia en el Ayuntamiento de Puigcerdà que hasta en cuatro ocasiones, hasta febrero del 2007, requirió a la familia que cesara en la emisión de ruidos e insonorizara la habitación.