Una década bajo sospecha

La sombra de la duda planea sobre Xavier Crespo desde hace casi una década. En el 2005, en su segundo año como alcalde de Lloret de Mar, un informe de la Conselleria d'Economia, dirigida por el socialista Antoni Castells, dictaminó que el regidor de CiU había percibido dos sueldos durante 10 meses: 50.764 euros anuales por su cargo al frente de la corporación municipal y otros 47.714 euros entre mayo del 2004 y marzo del 2005 por sus«honorarios profesionales»como médico en la Corporació de Salut del Maresme i la Selva (CSMS), entidad pública que gestionaba los hospitales de Blanes y Calella. Aunque la primera cantidad levantó ampollas en la oposición porque su salario como edil igualaba al de la entonces alcaldesa de Girona, Anna Pagans, fue la segunda retribución la que agrió la polémica. Debía tener dedicación exclusiva en el consistorio.

Pese a las conclusiones de Economia, aquella presunta irregularidad se diluyó como un azucarillo. La investigación se trasladó a la Sindicatura de Comptes, que hizo una auditoría al respecto para ampliar la información. Sin embargo, los síndicos propuestos por CiU, PSC, ERC y PPC -con el único voto particular de Agustí Colom, propuesto por ICV- se escudaron en la «calidad técnica» del texto para no expedientar a Crespo y remitieron el asunto al Tribunal de Cuentas.

La auditoría oculta

En enero del 2010, este último organismo archivó el caso porque, al parecer, no recibió toda la documentación. En realidad, los dos sueldos del alcalde eranpeccata minutacomparado con lo que revelaba el informe de la Sindicatura de Comptes, un documento de 70 páginas que había permanecido oculto hasta que se filtró aEl País el año pasado. En esa auditoría -elaborada en el 2006, año en el que Crespo entró de diputado en el Parlament- se apuntaban cobros irregulares, sobresueldos y gastos personales a costa del erario público cuando Crespo dirigía Centres Mèdics Selva Maresme, filial de la CSMS. Se denunciaba el uso indebido de al menos 1,3 millones de euros. Los autores del informe

encontraron pagos sin justificar que superaban los 350.000 euros. De ellos, unos 209.000 los recibieron Crespo, gerente de la firma del 2000 al 2003 , y su mujer, Guadalupe Oliva, que también es médica.

Tras salir a la luz aquel texto, que salpicaba a otros médicos y a dos regidores del PSC y CiU, el Tribunal de Cuentas abrió diligencias en junio pasado. A Crespo, que había dejado la alcaldía en el 2011, se le presentaba una migraña que se acentuaría con otras informaciones que relacionan a la mafia rusa con asuntos turbios de su época en el ayuntamiento (Anticorrupción pidió su imputación hace dos años por estos casos). La oposición en el Parlament, además, persiste en reabrir una comisión de investigación sobre las irregularidades en los centros de salud públicos.

En el 2010, el entoncesconseller de Interior, Felip Puig, intentó nombrar a Crespo secretario de Seguridad. Pero fue una operación frustrada. En los mentideros políticos se dice que una década bajo sospecha pesaba más que una losa para arriesgarse a ficharlo.