Una lacra social

Una de cada cuatro adolescentes sufre acoso psicológico del novio

Manifestación contra la violencia de género conovcada por la 'Xarxa de dones feministes contra la violencia'

Manifestación contra la violencia de género conovcada por la 'Xarxa de dones feministes contra la violencia' / periodico

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Son los novios mordazaAdolescenteshipercontroladores desconfiados. Ejercen de inspectores de sus chicas, rastrean sus huellas en las redes sociales, les inspeccionan el móvil, sospechan infidelidades, se enfadan si las ven hablando con otro y luego las tratan con indiferencia. Ellas han de pedir permiso para poder ir solas y se organizan para complacerles. Los expertos lo denominan «violencia psicológica de control» y en España afecta ya al 25% de las adolescentes, según concluye la Macroencuesta Violencia contra la Mujer 2015, que ayer se presentó en Madrid.

Se trata de una prevalencia elevada, que duplica ampliamente la tasa media de este tipo de acoso, situada en el 9,6%. Las cifras pueden parecer alarmantes, pero para los expertos no constituyen ninguna sorpresa, puesto que llevan tiempo detectando la agudización de esta tendencia. «Aun me parece poco, podríamos decir que es casi el doble, porque la combinación de la adolescencia, el mito del amor romántico y el uso de las redes sociales favorece que haya muchos jóvenes susceptibles de comportarse de este modo», explica Edurne García Corres, terapeuta familiar, que subraya que esta tendencia es más frecuente en personas que padecen déficits de autoestima y problemas de inseguridad.

REFERENTES ADULTOS

¿Es probable que un novio acosador se transforme en un maltratador físico? Los psicólogos consideran que depende de cómo se gestione el hábito. «Si ese chico tiene un referente adulto que le haga ver que no es normal, que la confianza en la pareja ha de estar por encima del control, no tiene por qué ser un antecedente de maltratador. Pero si su entorno lo favorece, puede llegar más allá y empezar con violencia sobre los objetos, que es un precursor de la violencia sobre otras personas», asegura García Corres.

Los especialistas analizan la evolución del fenómeno, alertados sobre todo por la condescendencia con que la sociedad parece aceptarlo, como si el abuso de control no supusiese un episodio de violencia machista. Desde el Gobierno reconocen el peligro. El ministro de Sanidad, que acudió a la presentación del estudio, admite que hay «mayor tolerancia y menor alerta» hacia los novios mordaza. La magnitud del problema se puso de relieve en otro estudio de percepción de la violencia machista, publicado en enero, en el que el 33% de las mujeres entre 15 y 29 años admitían que les parecía inevitable o aceptable la violencia de control.

Los datos del estudio son un avance de resultados, pero entre las cifras que se han hecho públicas sorprende la comparativa de casos de maltrato que se establece con la Unión Europea (UE). Atendiendo al estudio, las mujeres españolas que a lo largo de su vida han sufrido violencia física o sexual es del 12,5% , mientras que en la UE este índice alcanza el 22%. El Gobierno atribuyó ayer esta ventaja comparativa al buen hacer de la administración, justo el día en que se conocieron dos nuevas muertes por violencia machista. «En España la prevalencia es más baja y eso demuestra que las políticas públicas funcionan», alardeó el ministro. En la misma línea, la delegada del Gobierno para la violencia de género, Blanca Hernández, se jactó de que Noruega ha solicitado asesoría al Ejecutivo de Mariano Rajoy para legislar sobre violencia machista.

LOS NIÑOS DELANTE

Uno de los datos más duros que constata el estudio es que el 63,3% de los niños está presente o escucha los episodios de maltrato, y de ese porcentaje, la inmensa mayoría son menores de edad -el 92,5%-. Además, el análisis refleja que en 6 de cada 10 casos el hombre que ejerce violencia contra la mujer lo hace también contra sus hijos.

Para el Ministerio de Sanidad, el dato positivo que arroja el estudio es el incremento de mujeres que ha «salido de la violencia». Este concepto engloba a las víctimas que admiten haber sufrido maltrato a lo largo de su vida pero no en los últimos 12 meses, porcentaje que sube del 72,48% en el 2011 al 77,6% en el 2015.

Aun así, la mayoría de las mujeres no denuncian. A pesar de las campañas de sensibilización, el 67,7% de las víctimas siguen sin presentar acciones legales contra su agresor, generalmente porque tienden a infravalorar el maltrato, por temor a represalias y por vergüenza de que su entorno lo sepa.