UIB denunció en 2016 a Lipopharma tras 5 años de rumores por el falso fármaco

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La Universidad de las Islas Baleares (UIB) trasladó hace un año a la Fiscalía una denuncia que ratificaba los "rumores" que la dirección de la institución educativa conocía desde 2011, según los cuales dos catedráticos vendían a través de la empresa Lipopharma un fármaco que prometía curar el cáncer.

Los dos profesores de la UIB, junto con otras tres personas, han sido detenidos acusados de estafa por comercializar sin licencia el fármaco Minerval para enfermos de cáncer que habrían pagado a cambio, a través de una fundación sin ánimo de lucro, unos 600.000 euros, según la Policía Nacional

El vicerrector de Investigación y Postgrado, Jaume Carot, ha explicado que la universidad supo hace cinco años que había rumores según los cuales enfermos de cáncer acudían a las instalaciones donde se había sintetizado el principio activo del Minerval y pagaban por la medicina.

Los responsables de la UIB intentaron confirmar estos "rumores" sin éxito, hasta que en julio de 2015 la dirección del servicio de Oncología del Hospital Son Espases les transmitió la misma información y les citó a una reunión en la que un afectado iba a darles un testimonio directo.

Esa víctima se retractó, por lo que el consejo de dirección universitario siguió sin actuar.

Sí lo hizo cuando en abril del año pasado, en 2016, la presidenta del Consejo Social universitario, Francesca Mas, recibió una carta firmada por dos directores de centros de investigación, que recogía a su vez la misma denuncia, por parte de la directora de Oncología del hospital de referencia, de comercialización fraudulenta.

"No se obtuvo ninguna evidencia, ni se consiguió que nadie hiciera alguna declaración" hasta ese momento, ha incidido Cabot, que ha indicado también que aún no se ha adoptado ninguna medida disciplinaria respecto a los dos catedráticos acusados de estafa: Pablo Escribá y Xavier Busquets.

"No somos la Policía (...). En el ámbito de nuestras posibilidades hemos hecho todo lo que se podía hacer", ha argumentado el vicerrector, que pese a la falta de "éxito" en las pesquisas internas ha mantenido que "actuar solo en base a rumores y sin una denuncia formal por escrito es una mala práctica".

El rector de la UIB, Llorenç Huguet, que, aunque le ha acompañado en su comparecencia, ha dejado a Carot todo el peso de la rueda de prensa, se ha limitado a explicar que ha recibido la noticia "con sorpresa y preocupación" y que la institución se siente perjudicada por la presunta estafa.

Por ello, se personará en el procedimiento abierto por el Juzgado de instrucción nueve de Palma contra sus dos catedráticos y otras tres personas presuntamente involucradas también en el fraude.

Carot ha detallado que las noticias no confirmadas sobre la comercialización fraudulenta del fármaco anticancerígeno de Lipopharma, empresa que surgió de la UIB pero que no tiene participación de la institución académica en su accionariado, llegaron al centro "al menos" en 2011.

El vicerrector ha confirmado que la institución tuvo conocimiento de que la Dirección General de Farmacia había instado a los responsables de Lipopharma a dejar de publicitar su molécula anticáncer por considerar que engañaban a los enfermos y sus familiares, un hecho que para la universidad tampoco resultó una evidencia de posibles irregularidades.

Los detenidos no comercializaban directamente el fármaco, que está en fase de experimentación porque hay indicios de que podría ser útil ante algunos tumores. Pero obtenían fondos reclamando a los enfermos que lo recibían aportaciones a una fundación sin ánimo de lucro para el fomento de la investigación biomédica.