PEDERASTIA EN LA IGLESIA

Un trueno en el Vaticano

El escándalo de Granada inquieta a Roma, que daba por aflorados los casos más graves

Misa en Roma 8 El papa Francisco, el pasado domingo, tras la canonización de seis nuevos santos.

Misa en Roma 8 El papa Francisco, el pasado domingo, tras la canonización de seis nuevos santos.

ROSSEND DOMÈNECH / ROMA

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El escándalo de los abusos cometidos presuntamente por sacerdotes de Granada ha estallado en el Vaticano como un trueno en día de bonanza, porque muchos pensaban que los casos más graves -salidos a la luz a partir de 1998 y afrontados en el 2000 por primera vez por Juan Pablo II- ya estaban sobre la mesa. Se trataba de entre 4.000 y 5.000 abusos registrados en todo el mundo, según reveló el entonces fiscal, monseñor Charles J. Scicluna.

Las principales residencias eclesiásticas de Roma, como la de Montserrat o la del Colegio Español, «no esperan» que próximamente Francisco Javier Martínez, arzobispo de Granada, reserve habitación. Por otra parte, «la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es la que podría convocarle o recibirle, no ama la publicidad», explica una fuente eclesiástica. Aunque en algún momento el arzobispo de Granada deberá explicar al Papa por qué ha actuado con tanta tibieza.

Los abusos cometidos por religiosos ocuparon las primeras páginas desde el 2010, al concluir los primeros procesos en EEUU, que solo después se extendieron a otros países. En el 2000 los obispos estadounidenses habían elaborado la primera guía de conducta, aunque bajo Karol Wojtyla no hubo precisamente una línea de transparencia.

El mexicano Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, eclesiástico con varios hijos y pasaportes y relaciones dudosas, iba y venía del Vaticano con maletas llenas de regalos. Mientras, el entonces cardenal Joseph Ratzinger, ministro de la Doctrina y la Fe, veía frenada la sugerencia de crear una comisión para investigar los supuestos abusos cometidos por Hans Hermann Groër, cardenal de Viena destituido. El sucesor, Christoph Schönnborn, acusó a Angelo Sodano, entonces secretario de Estado del Papa, de «tapar la investigación», a lo que el aludido respondió calificando los abusos de "chismorreos".

La guía de Ratzinger

Ratzinger elaboró una guía universal sobre la conducta a seguir, publicó en la web del Vaticano -donde sigue—la documentación completa sobre la cuestión y amplió la prescripción de estos delitos hasta cumplidos los 20 años desde la mayoría de edad de la víctima. Dado que los jueces proceden, según los países, de oficio o solo después de una denuncia, Benedicto XVI decidió que, además, cada Conferencia Episcopal elaborase una guía para su país.

El papa Francisco ha creado una comisión específica para los abusos y en agosto retiró la inmunidad al exnuncio en Santo Domingo Jozef Wesolowski, dando vía libre a su detención dentro del Estado Pontificio. Ha recibido a víctimas en el Vaticano y ha echado de la basílica de Santa María la Mayor, donde vivía, al excardenal de Boston Bernard Law, llamado a Roma cuando los jueces de EEUU le reclamaban por encubrimiento.

Paralelamente, Francisco ha empezado a telefonear a las víctimas de los abusos que salen a la luz, como ha hecho, dos veces, con la víctima denunciante de Granada.