Tres parroquias del Baix Llobregat se revuelven contra el nombramiento de dos sacerdotes "ultraconservadores"
La comunidad de 50.000 feligreses que aglutina las parroquias de Sant Antoni de Pàdua (Esplugues de Llobregat), Sant Enric d’Ossó y Santa Gemma Galgani (ambas en L’Hospitalet de Llobregat) esperan soliviantados a su nuevo rector, el sacerdote Francesc Xavier Prevosti Vives, y a su número dos, Fernando Maristany.
El arzobispo Juan José Omella se enfrentaba este verano a la primera asignación de nuevos párrocos desde que substituyera al cardenal Lluís Martínez Sistach al frente de la Iglesia de Barcelona, hace nueve meses. Oficializar la lista de nuevos nombramientos es algo rutinario que se hace habitualmente coincidendo con el verano. Este año, sin embargo, ha levantado una pequeña sublevación en estas tres parroquias, que ha llenado de habladurías toda la archidiócesis.
Por un lado, Omella despierta recelo porque ha llegado a Barcelona desde La Rioja y porque tiene raíces aragonesas. Por el otro, Prevosti y Maristany provienen de la Hermandad de los Hijos de Nuestras Señora del Sagrado Corazón, en Toledo.
SIN NEGOCIACIÓN
El arzobispo se reunió hace poco con 100 parroquianos de estas tres iglesias para confirmarles el nombre de su nuevo rector. "Llegamos a suplicarle" que eligiera a otro, explica María, una de las creyentes de esta comunidad. Entre los ruegos se recordó que Prevosti y Maristany "se marcharon a Toledo porque no se sentían cómodos con el progresismo del seminario catalán". Omella, no obstante, ya había tomado una decisión.
Fuentes del arzobispado remarcan que resulta "injusto" recelar de Omella. Como lleva poco tiempo en el puesto, la elección de los nuevos rectores -más de 20 en total- se ha tomado tras escuchar a todos los vicarios episcopales y al obispo auxiliar, justifican estos medios. Prevosti y Maristany son "catalanes" que escogieron Toledo porque está especializado "en vocaciones tardías" y además, hacen hincapié en que los parroquianos "ni siquiera los conocen".
'TOLEDIZACIÓN' DE BARCELONA
En esta polémica subyace un concepto que sorprende a los menos duchos en la materia: la "toledización" de Barcelona. En estos términos se expresa un comunicado de la triple parroquia del Baix Llobregat.
Prevosti pertenece a la hermandad de Toledo. Se trata de una sociedad "ultraconservadora" y "españolista", según describen estos feligreses, que no encaja con la iglesia catalana, tradicionalmente "más liberal". Y mucho menos con la comunidad de Can Vidalet y Pubilla Cases -los dos barrios a los que pertenecen las tres iglesias de Prevosti-, de carácter "obrero" y receptora del abundante población inmigrante.
Este último factor agrava las sospechas. La presencia de muchas familias católicas de América Latina en estos vecindarios los convierte, apuntan los más suspicaces, en una oportunidad dorada para empezar a "reconquistar" las "instituciones eclesiásticas" catalanas.
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