Tres familias de discapacitados denuncian abusos sexuales en una escuela de Barcelona

Escuela Taiga

Escuela Taiga / periodico

GUILLEM SÀNCHEZ / MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / BARCELONA

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La noticia ha sido un mazazo terrible para toda la escuela de educación especial Taiga, de Barcelona. Para todos los padres y para todos los profesores. Los alumnos de este colegio son “las personas más frágiles de la sociedad”, explicaba uno de los progenitores. Sufren discapacidades intelectuales severas que, en algunos casos, implican que incluso tengan graves dificultades para comunicarse. Por eso a todos ellos les ha destrozado descubrir este martes que uno de los profesores del centro -supuestamente- había abusado sexualmente de estos menores tan vulnerables.

El presunto agresor sexual es un profesor cuyas iniciales son J. M. Es un educador de refuerzo dentro de las aulas. Pero cuando termina el horario lectivo es el responsable de las actividades extraescolares que organiza el Club Esportiu Taiga, una entidad vinculada al centro que preside desde hace dos o tres años. Los abusos que habría cometido se circunscriben a esta segunda actividad.

Arguyendo que lo hacía por “razones económicas”, este sospechoso se llevaba sin ayuda de ningún otro adulto a un grupo de alumnos al albergue Inout, a algunas competiciones deportivas o a la casa de colonias El Pinar, en la localidad Canyelles. Era un profesional “de la máxima confianza” para todos los padres y alguien “muy querido” por los alumnos. Nadie vio nada extraño en que se marchara solo con ellos. “Nos sentimos muy traicionados”, ha explicado un progenitor.

LOS ALUMNOS COINCIDEN

Un monitor de este club dio la voz de alarma hace pocos días a la dirección del centro. Y a esta no le ha temblado el pulso para averiguar qué estaba ocurriendo. Los profesionales del colegio fueron a hablar con los menores a los que se llevaba el sospechoso. Por separado, los que tenían capacidad de expresarse detallaron qué les hacía. Las sospechas son que habría abusado de tres de ellos y que, tal vez, lo haya hecho también de algún otro más.

La gerente de la escuela, María José Pujol, ha explicado que “es más sencillo” que las víctimas puedan abrirse con los educadores que con los padres porque “les da vergüenza”. Pujol ha añadido que a los alumnos pareció invadirles una sensación de “alivio” al poder contarlo. “Lo que han pasado… es terrible”, ha añadido.

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Para esta responsable, y para los formadores, la coincidencia en el relato de las víctimas ha resultado ser una “evidencia” mayor que la dificultad que suponía admitir que este profesor era en realidad un agresor sexual. Porque hasta ahora “nadie tenía ninguna sospecha” de que pudiera estar comportándose de este modo. Pujol, cuestionada sobre la posibilidad de que estos menores se inventen algo así, ha respondido que cree “que tanto los padres como los educadores reconocerían las mentiras”. Aunque ha añadido que quien debe confirmarlo “son los Mossos d’Esquadra”.

TRES VÍCTIMAS, CUATRO DENUNCIAS

Ayer lunes por la noche, Pujol acompañó a las tres familias implicadas a la comisaría de Les Corts. Los padres de los tres alumnos, dos de ellos menores y un tercero mayor de edad, presentaron tres querellas y hubo una cuarta interpuesta por la gerente en nombre de la escuela.

Este martes a primera hora, la gerente, acompañada de otra trabajadora del colegio, han esperado en un bar cercano en el que desayuna el sospechoso y le han comunicado que no podía entrar en la escuela. El Taiga ha activado el protocolo existente para abusos a menores, reformado desde el 'caso Maristas', y se ha reunido con el Consorcio de Educación y con inspectores de la Conselleria de Ensenyament.

Tras estos encuentros de urgencia, Pujol ha citado a los padres a una reunión en la escuela que se ha celebrado a las 18.00 horas. Durante esta, más de un profesor y más de un padre "han terminado llorando" a causa de la impotencia que ha provocado conocer una noticia que ha sacudido a una institución querida por las familias. Àngels Escurcet, directora del ampa del centro, ha reiterado que los padres “mantienen la confianza” en la escuela.

El profesor denunciado, J. M., llevaba más de 20 años trabajando en el centro. El temor que recorre a todas las familias con hijos que han pasado por sus manos es que quizá han sufrido algún abuso. Por ahora, parece que todos los delitos estarían enmarcados en las citadas salidas. El protocolo activado también persigue la detección de nuevos casos.