EL FUTURO DEL MAPA DOCENTE

Treinta títulos universitarios catalanes, amenazados

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / Barcelona

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Al menos una treintena de los 461 grados universitarios que se imparten actualmente en Catalunya están amenazados de desaparición si se aplica, en todo su rigor, el real decreto de racionalización del gasto público aprobado el 20 de abril por el Consejo de Ministros a propuesta del titular de Educación, José Ignacio Wert. Son unas 30 titulaciones (el 6,5% de los grados que se estudiarán el próximo curso en el sistema universitario catalán) que este año no han llegado al umbral mínimo de 40 alumnos matriculados en primer curso. La mayoría pertenecen a los llamados centros periféricos (Girona, Lleida y Tarragona), pero también se encuentran en la tesitura siete ingenierías de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y la Filología Románica de la Universitat de Barcelona (UB).

Son, en todo caso, algunas titulaciones menos que las que lleva días poniendo en tela de juicio Antoni Castellà, secretario general de Universitats i Recerca de la Generalitat, quien eleva el porcentaje al 8%, es decir, 40 grados. Y lejos, por supuesto, del 30% que el ministerio calcula que hay de media en el conjunto de las universidades españolas.

Algunas de estas carreras, y eso la Generalitat lo dice claro, tienen rango de estratégicas, bien sea porque su supresión supondría la desaparición de esos estudios en Catalunya, bien porque están muy arraigadas en el territorio donde se imparten, y que por estas razones serán indultadas.

MINERÍA Y TEXTILES / Le ocurre, en el primer caso, a la Ingeniería de recursos minerales que la UPC imparte en Manresa (Bages), en pleno corazón minero de Catalunya, y en la que el pasado septiembre se matricularon por primera vez 26 personas, según la memoria del curso 2011-2012 de la institución académica. "Otra titulación con la que se ha tenido que aplicar fórmulas imaginativas es la Ingeniería textil, también de larga tradición en Catalunya y que durante unos años estuvo por debajo de los 40 alumnos", explica una portavoz de esta universidad.

En el segundo paquete de carreras que quedarían indultadas del decreto Wert se encuentran los Estudis catalans i occitans de la Universitat de Lleida (UL), que cuentan con 19 alumnos matriculados en primero, según refleja también la memoria anual de la universidad leridana. "Es un grado que, con toda probabilidad, se mantendrá porque, aunque no llegue al mínimo, es muy específico y tiene unas salidas laborales muy concretas, prácticamente circunscritas al Vall d¿Aran, donde se habla y enseña occitano", garantizan fuentes de Universitats.

VALOR AÑADIDO / De hecho, lo que hizo la UL hace tres años con la implantación de los estudios de occitano fue dar a la Filología catalana tradicional un valor añadido que no se encuentra en otras universidades. Es una de las triquiñuelas que las universidades catalanas han usado en los últimos años para evitar la desaparición de las titulaciones menos concurridas, tal y como la Generalitat les había dicho que tenían que hacer antes del curso 2012-13.

La Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) ha aplicado un criterio parecido. La institución ha creado grados de nuevo cuño como, por ejemplo, el de Inglés con Lenguas clásicas. «El alumno que se matricula en uno de estos grados combinados añade a su formación una lengua extra, algo que años atrás no habría podido hacer», explica Joan Melcion, vicegerente de Ordenación Académica de la UAB.

La UB ha usado una fórmula semejante con otra filología, la Semítica, en la que ha unificado los estudios de árabe y hebreo. La única que peligra hoy en la UB es Filología románica, donde el prestigioso catedrático Martín de Riquer tiene aún despacho. "El decanato de Letras estudia desde hace un tiempo cómo hacer viables esos estudios", asegura el vicerrector de Política Docente y Académica, Gaspar Rosselló.