CAMBIO A MEDIAS

'Trapacero', pero menos

Manifestación del colectivo gitano ante la RAE, en noviembre del 2014, en Madrid.

Manifestación del colectivo gitano ante la RAE, en noviembre del 2014, en Madrid.

EL PERIÓDICO / BARCELONA

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En la última edición del diccionario de la Real Academia Española (RAE), la 23ª, la acepción número cinco de la palabra gitano remite a trapacero, que es definido de esta forma: «que con astucia, falsedades y mentiras procura engañar a alguien en un asunto». La definición generó protestas del colectivo gitano, que reclamó hace un año la retirada de la palabra. La RAE le ha hecho caso a medias. La palabra seguirá, pero con una modificación: se incluirá una nota que explica que esta acepción tiene un uso «ofensivo y discriminatorio». El cambio ya se ha hecho en la versión on line -se hizo el martes- y se incorporará a la nueva edición de papel.

No es algo que haya contentado a los que protestaban. Según las entidades agrupadas en el Consejo Estatal del Pueblo Gitano, la nota incorporada supone «una mejora sustancial». Así lo afirman en un comunicado, informa Efe, en el que sin embargo también insisten en que se tendría que haber optado por algo más drástico. Sencillamente, por borrar la palabra.

Reflejar la realidad

La RAE informó al Consejo Estatal del Pueblo Gitano de la modificación el pasado 9 de octubre. Días antes, el Defensor del Pueblo abogó por la modificación de las acepciones que la RAE emplea para el vocablo gitano. En su día, la RAE rechazó eliminar trapacero por una cuestión de concepto: la realidad es la que es y el diccionario la recoge.

Sí, hay palabras negativas e irrespetuosas, como lo es la realidad. En noviembre del 2014, el académico y director del diccionario, Pedro Álvarez Miranda, explicó a este diario: «El diccionario no puede cambiar la realidad. Su función es reflejarla».Pero el colectivo gitano no compra este argumento, ya que sostiene que a pesar de que los gitanos han recibido muchos insultos de forma habitual, trapacero no es de uso común, por lo que no considera que deba preservarse. El colectivo mostró su vena sarcástica hace un año, cuando trapacero entró en la RAE. Las entidades gitanas lo definieron como «la trapacería de la Real Academia con los gitanos».