ARMONIZACIÓN DE LA LEGISLACIÓN EUROPEA

La torre Eiffel, libre solo de día

La construcción parisina ya no dispone de derechos de autor, pero sí su sistema de luces

CARMEN JANÉ / BARCELONA

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¿Alguien se ha preguntado por qué hay tantas fotos de la torre Eiffel de día y muchas menos de noche, cuando es mucho más espectacular gracias a la luz de 20.000 bombillas y 336 proyectores? Pues porque la idea del ingeniero Eiffel, que diseñó la torre para la Exposición Universal de 1889, está más que amortizada, mientras que no sucede lo mismo con el sistema de iluminación, que el también ingeniero Pierre Bideau acabó en 1985. Esto hace que, según la legislación francesa, de día se pueda fotografiar sin problemas y de noche haya que pedir permiso a la Société d'Exploitation de la Tour Eiffel, una empresa municipal.

Esta lo concede con varias condiciones. «Si eres un particular y cuelgas la foto en redes sociales o un blog sin interés comercial, es gratuito. Si eres periodista o guía turístico y haces promoción de la torre, has de indicar que existe un copyright en favor del autor, Pierre Bideau», responden a este diario. Si el artículo, en cambio, no tiene nada que ver con la torre, hay que poner el mismo crédito y pagar una tasa. También si se usa la imagen para un rodaje de publicidad. El precio es negociable y se calcula en función del impacto previsto.

Pirámides

Ni de día ni de noche, en cambio, se puede fotografiar con fines comerciales el espectacular viaducto de Millau, uno de los hitos de la ingeniería francesa, ni la pirámide del Louvre, de Ieoh Ming Pei, que Apple dejó de poner muy pronto como emblema de su tienda situada en el Carrousel del Louvre, justo debajo.

En el Reino Unido, que aplica la libertad de panorama con amplitud de miras, hasta la reproducción de los mármoles de Elgin, que el Gobierno griego reclama al Museo Británico, es más barata que si esta se pide a los gestores de la Acrópolis, denunciaba una editora en una carta al diario The Times.En Bélgica, afecta, entre otros, al Atomium, antiguo símbolo de la capital, que ha perdido popularidad en favor del más minúsculo (y gratuito) Manneken Pis, y a la propia sede del Parlamento Europeo en Bruselas, del que ni en su web se muestra una foto del exterior.

En Italia, salvo excepciones, está libre de derechos el legado artístico desde los romanos hasta principios del siglo XX, pero quedan sujetos a derechos de autor obras modernas como el edificio del Ara Pacis de Richard Meier.

En Catalunya hay casos curiosos. Aunque la libertad de panorama ampara a casi todos los monumentos públicos, hay edificios o partes de estos que han logrado ser registrados como marcas. «Cuando un edificio, por peculiaridades estéticas e históricas, se puede considerar singular se puede pedir su registro como marca. La imagen pasa a ser el equivalente al logo de la marca, y esta no caduca porque se va renovando», afirma Jordi Baccaria, del Col·legi d'Advocats.

Con ese argumento se han registrado como marca la Casa Batlló, obra de Gaudí y patrimonio de la Unesco pero propiedad de la familia Bernat, que exige pedir permiso. También La Pedrera reclama autorización porque tiene registrados como marca la fachada y los elementos del tejado. «Si viene un bloguero y nos pide una visita, pues se la damos y no le cobramos. Si van a hacer un anuncio es otra cosa», explica Alba Tosquella, responsable del servicio jurídico de la Fundació Catalunya Caixa.

En la Sagrada Família se puede fotografiar o grabar con fines comerciales en su exterior, pero no en el interior o en el caso de detalles de las esculturas de Josep Maria Subirachs, para los que hay que pedir permiso expreso. La misma calificación tiene el Camp Nou, «como cualquier otro de los símbolos del Barça, aunque sean externos», recuerda un portavoz del club, y la torre Agbar, de Jean Nouvel. También hace pasar por caja el arquitecto Santiago Calatrava, que tiene registrados todos sus edificios en España como marca gráfica.