Los toros de la Illa dels Bous se mueren de hambre otra vez

La manada de animales salvajes, que deberían haber sido trasladados hace cuatro años, vuelven a encontrarse en un estado lamentable

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SÍLVIA BERBÍS / AMPOSTA

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Las mismas miradas de bóvido triste, la misma sequía, la misma isla. Han pasado cuatro años y todo parece seguir igual.

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"Presencia desde 1940","text":"Toros y vacas habitan en la Illa dels Bous o de Vinallop desde la d\u00e9cada de 1940. Los guardaba all\u00ed\u00a0un ganadero. Y\u00a0as\u00ed acabaron dando nombre e identidad a un terreno fluvial sin presencia humana fija, aunque paran a menudo algunos pirag\u00fcistas. Hacia 1995, la catalogaci\u00f3n de la isla como espacio del Plan Especial de Inter\u00e9s Natural (PEIN)\u00a0oblig\u00f3 al \u00faltimo propietario a desalojar a los animales, pero, al parecer, el parque\u00a0natural habr\u00eda aceptado que quedara alguno para conservar el sotobosque. Sin embargo, la caba\u00f1a creci\u00f3\u00a0ante la falta de gesti\u00f3n. En el 2012, el entonces director territorial de Agricultura, Pere Vidal, se comprometi\u00f3 a alimentar a los animales hasta la llegada de la primavera, cuando, dijo, los sacar\u00edan.\u00a0"}}

En el verano del 2012, las imágenes de cinco esqueletos con piel de toro sacaron a la luz el abandono que sufría una manada de una quincena de ejemplares que sobrevivían con apuros en la Illa dels Bous, entre Tortosa y Amposta, sin que ningún propietario ni las administraciones se hicieran cargo de ellos. La Generalitat se comprometió entonces a sacar a los decrépitos animales de su trampa isleña, cuando estuvieran más recuperados, como señalaron sus responsables, para que el traslado no les perjudicara, dado su débil estado caudado por la desnutrición y la enfermedad.

Sin embargo, bajó la atención mediática, llegó el olvido y volvió el abandono. Hasta que ahora unos voluntarios han hecho pública de nuevo la dejadez de los animales, tal como ha recogido este viernes el semanario 'L’Ebre'. Hace dos semanas que este grupo de voluntarios alimenta a la veintena de toros salvajes, delgados y diezmados por la hambruna.

“Nos avisó un excursionista, que llegó haciendo fotos y se escandalizó al ver los toros y su estado”, explica Saray Segarra. Le llegó el asunto como responsable de la asociación Progats de Deltebre, y empezó a organizar un pequeño grupo de personas dispuestas a evitar la muerte de los toros abandonados. “Como no ha llovido este año, no tienen pasto, y se enraman a los árboles buscando hojas, pero hay tan poco alimento que incluso empezaron a comer macrófitos del río”, explica Segarra.

Cada dos días aproximadamente, algún miembro del grupo traslada los alimentos que pueden recopilar entre todos, como paja, fruta, algarrobas y pienso, con la barca que les ha cedido el Institut per al Desenvolupament de les Comarques de l’Ebre (Idece). Ahora se han informado de que hace cuatro años se llegó a una situación equiparable y que se prometió una solución que no ha llegado.

El actual director de los servicios territoriales del Departament d'Agricultura de la Generalitat, Ferran Grau, asegura desconocer por qué motivos los toros continúan en ese espacio protegido. “Mi labor ahora es comprobar cuál es su situación, cuál es la responsabilidad de Costas y cuál es la nuestra, y saber cuál es la mejor solución que debemos adoptar”. Según Grau, el pasado mes de junio, los Agentes Rurales fueron a supervisar la zona al recibir una denuncia. “Ya entonces los animales estaban delgados, pero en principio no tienen por qué estar enfermos". "En los próximos días -explica- enviaremos a un veterinario para comprobar su estado de salud”.