'Tuitanas' ante 'troleros'

Lidiar con trols o troleros trols o troleroslo hace todo el mundo en internet, pero un usuario gitano tiene el plus del tono racista que se cuela en páginas de Facebook, en comentarios de los blogs de las asociaciones y en Twitter. Según el Eurobarómetro, el rechazo a los gitanos está lejos de ser erradicado y solo el 81% de los españoles se sentirían cómodos trabajando con un romaní.

Los desprecios han llevado a la comunidad gitana a protegerse también en internet. Muchas blogueras y tuiteras, «tuitanas» se llaman ellas mismas, ocultan su etnia en los perfiles aunque sus mensajes estén llenos de activismo. Y protegen con celo fuera de su comunidad sus negocios de servicios en Facebook o sus perfiles de Instagram donde muestran sus modas o estilismos relacionados con bodas o de diario. O las cuentas en Wallapop o Etsy que para algunos comerciantes han sustituido el antiguo puesto en el mercado.

"Al principio, cuando había una campaña en contra reaccionábamos, pero luego te das cuenta de que es imposible contestar a todo el mundo y es un desgaste emocional", afirma Mayte Heredia, la primera bloguera gitana. "Cuando hay un suceso en el que muere un gitano, hay gente que lo aplaude. Y esos comentarios son difíciles de frenar", denuncia.

Para Soledad Soto, del Secretariado Gitano, entidad que ha puesto varias denuncias en los juzgados, "no hay más antigitanismo que hace unos años pero sí hay más medios para expresarlo". Pero en cambio, asegura, "también tenemos las redes sociales para visibilizar y luchar contra la ignorancia y el desconocimiento", afirma.

En internet, el colectivo gitano ha librado batallas contra casos que han saltado a los medios de comunicación como la expulsión de la niña gitana Leonarda Dibrani por el Gobierno francés, en el 2013; la definición de gitano como "trapacero" que hacía el Diccionario de la Real Academia de la Lengua (que todavía mantiene "que estafa o que obra con engaño"), o la petición a Google de que dedicara un logo al Día del Pueblo Gitano, el 8 de abril, que todavía no han logrado. O peticiones de retirada de programas de televisión que denigraban al colectivo.

Internet también ha difundido el caso de la niña Nicole Barr, una británica de 12 años y etnia gitana, que saltó a los medios por tener un coeficiente de inteligencia superior al de Einstein. Un referente para el colectivo. "Ya pueden hacer algo 20.000 payos y ni caso. Como lo haga un gitano, entonces nos fijamos", explica Noemí Fernández.

El Museo Virtual Gitano, una web que pretende visibilizar las noticias positivas y mantener viva la memoria histórica. Y en Youtube los gitanos comparten actuaciones musicales y documentales, y por Skype hablan y se ven los participantes en programas de difusión de la cultura gitana.

QUITAR ETIQUETAS

"Las redes sociales han sido un boom entre la cultura gitana. Es la forma de estar en contacto, de mostrarnos, de ver las bodas de los parientes, los jóvenes se conocen a través de Facebook... Pero también una forma de mostrarnos como somos y de quitarnos las etiquetas que nos ponen", explica Paqui Perona, de Voces Gitanas.

"A mí me enseñaron que todo lo que sea bueno, la educación, el saber estar, el ayudar al prójimo, era 'ser gitano'. Y que eso era lo mejor del mundo", afirma Heredia.