CAOS FERROVIARIO

Teléfonos que comunican

El colapso de la red a tres días del 24-M tensa las relaciones y agria las declaraciones

C. B. / C. C. / ARCELONA

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El número dos de la Conselleria de Territori i Sostenibilitat, Ricard Font, coge cada día el tren de Media Distancia de las 6.14 horas desde Girona. Ayer, también. Antes de las siete de la mañana, al saber que había caído el CTC, llamó a Renfe para saber qué estaba pasando. El director de Rodalies de la operadora, Félix Martín, se pasó una hora y media tratando de contactar sin éxito con algún responsable de la infraestructura.

«Lo primero que he hecho al saber que había una avería ha sido telefonear al conseller Santi Vila, pero me ha salido un contestador hasta las nueve de la mañana», lanzó el presidente de Adif, Gonzalo Ferre, nada más comparecer ante los medios de comunicación tras el encuentro con el responsable de la Generalitat. Y eso que calificó el encuentro de «cordial». Ferre y Vila se reunieron durante 20 minutos escasos. El directivo de Adif respondió a los medios en plena calle, primero, y luego lo hizo dentro del departamento, bien sentado en una sala, el conseller. La puesta en escena fue reveladora.

Obligado a ir a Barcelona

El responsable de Territori opinó distinto. Para empezar, calificó el encuentro con Ferre de «inevitablemente tenso». Relató que a las ocho de la mañana (esta vez sí coincidieron a la primera al otro lado de la línea telefónica) había hablado con la ministra de Fomento, Ana Pastor, para «exigirle» que hiciera viajar a Barcelona al presidente de Adif. Aunque Gonzalo Ferre, brusco casi siempre en sus consideraciones, dijera con tono suave que se había desplazado a Catalunya para preocuparse de sus «clientes», probablemente no le hizo demasiada gracia la situación.

Sobre todo teniendo en cuenta que el presidente del gestor de infraestructuras no suele prodigarse en encuentros con la Generalitat. De hecho, evita asistir a las reuniones de comités de crisis porque, explican fuentes conocedoras del sector, considera que su interlocutor es Renfe o el propio ministerio. Sin ir más lejos, hace pocos días no asistió a una cita para hablar sobre los problemas en el CTC de la estación de França a pesar de que ayer él mismo comentó que el pasado martes había mantenido un contacto con los técnicos del proveedor informático Schneider.

A esta situación de fondo (con las disputas sobre la inversión en Rodalies que se alargan desde hace años) se suma que faltan escasos días para las elecciones municipales, momento en el que las cordialidades se dejan de lado. Mientras el conseller Vila y Ferre se medían en la sede de la Conselleria de Territori, situada en la avenida de Josep Tarradellas con la plaza de los Països Catalans, frente a Sants, bajo sus pies se había averiado un AVE. Las disputas sobre las consecuencias de la «dejadez», según Vila, de Rodalies se agravaron justamente hace siete años con la llegada de la alta velocidad a la capital catalana y el colapso de la red convencional. Ayer, los candidatos se sumaron a las críticas del conseller.

Buena relación

Su compañero de filas, no obstante, el candidato de CiU por Barcelona y alcalde, Xavier Trias, reclamó a la Generalitat más «contundencia» en sus exigencias a Fomento. En ocasiones se ha censurado la tibieza de Vila frente a Pastor, a quien Trias dijo que reclamará una entrevista si el domingo sale reelegido. Las relaciones entre Trias y la ministra son muy buenas, se jactan siempre ambos. En esta ocasión es probable por tanto que no haya problemas para concertar por teléfono una cita.