Los otros galardones

Tejiendo futuros

Casa Tarradellas y Fundació Ared recogieron también anoche, en la gala del Català de l¿Any, las distinciones que les acreditan como Millor Iniciativa Empresarial y Millor Iniciativa Solidària del 2010, respectivamente. Ambos premios son concedidos por jurados. El premio empresarial, el más veterano de todos los que convoca EL PERIÓDICO, llega a su 30ª edición. 

La Fundació Ared trabaja por la reinserción social y laboral de mujeres procedentes de centros penitenciarios

María Teresa Rodríguez recibe el galardón de manos de la presidenta del Parlament, Núria de Gispert. A la izquierda, el director de EL PERIÓDICO, Enric Hernàndez.

María Teresa Rodríguez recibe el galardón de manos de la presidenta del Parlament, Núria de Gispert. A la izquierda, el director de EL PERIÓDICO, Enric Hernàndez.

FIDEL MASREAL
BARCELONA

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Eltaller de confección es el alma de laFundació Ared,Premi Mercè Conesa 2010 a la Millor Iniciativa Solidària. Ared nació en 1994 en los sótanos del centro penitenciario barcelonés deWad-Ras con un pequeño taller de confección impulsado por cinco mujeres inquietas por su futuro laboral y con el apoyo de la monitora de confección,María Teresa Rodríguez García, actual presidenta de la fundación. Una salmantina, diseñadora y patronista de formación, a la que animó su positiva experiencia con gitanas a las que formó en su primera academia.

En sus 17 años de existencia,Ared ha ayudado a más de 1.500 mujeres, la mayoría procedentes de centros penitenciarios, a tejerse un futuro, con unos resultados de inserción e integración del 60%. Ared no asiste solo a mujeres privadas de libertad.«No tenemos un perfil único. A muchas se les ha acabado el paro, y no tienen ingresos. Se les tramita una renta mínima y les damos una beca. El resto vienen de servicios sociales porque sufren situaciones de dificultad», explica Rodríguez.

HoyAredes mucho más que ese pequeño taller de confección. En su afán por adaptarse al mercado y buscar la autofinanciación sostenible, ha creado Salta, Empresa d'Inserció, que trabaja en los sectores de la confección, la artesanía y el cátering.

La razón de ser deAredson mujeres brasileñas, gambianas, marroquís, nigerianas.., aplicadas ante los patrones, las máquinas de coser y los alfileres que buscan, a través de la formación, una segunda oportunidad. Mujeres como Tatiana, de 56 años, en tercer grado penitenciario y que prefiere ocultar su verdadero nombre. Lleva algo más de un mes aprendiendo a coser. Le queda un año y ocho meses de condena por un delito relacionado con drogas, del que prefiere no acordarse.«Si quieres, este taller te puede servir para encontrar trabajo»,asegura.

En palabras de las monitoras y educadoras, Ared quiere ser el trampolín hacia la inserción de las mujeres en empresas ordinarias. Para las profesionales deAred, comoCarme Ginesta y Merche Rué, lo mejor del centro son«las lecciones de supervivencia» que dan las alumnas. Mujeres que, como Tatiana, siguen cosiendo su futuro hora a hora.