Fin de una tradición

Taurinos, nuevos proscritos

Antonio Arrebola da un capotazo a Mario López Moya, ayer en la Escola Taurina.

Antonio Arrebola da un capotazo a Mario López Moya, ayer en la Escola Taurina.

RAMÓN VENDRELL
BARCELONA

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Si un gobierno prohíbe el alcohol, habrá garitos clandestinos que despacharán alcohol. Si un gobierno prohíbe los partidos políticos, pasará a llamarse dictadura y habrá partidos políticos clandestinos que se reunirán en trastiendas de librerías. Pero difícilmente habrá en Catalunya corridas de toros clandestinas tras la entrada en vigor de su prohibición el 1 de enero del 2012. No es lo mismo montar una corrida que montar una timba. Una vez abolida su pasión, a los taurinos no les quedará ni el refugio de la clandestinidad. ¿Sobrevivirá la afición?

«El veto, que es la culminación de un largo proceso político de acoso y derribo de la tauromaquia en Catalunya, puede ser la estocada definitiva para la cultura taurina además de para la fiesta», dice Enrique Patón, de Figueres, torero retirado y empresario de la plaza de Castellón.

Coso, como los de Valencia, Zaragoza, Nimes y Céret (Francia), cercanos a Catalunya y a los que no es disparatado pensar que se desplacen aficionados catalanes en buen número. «Al principio habrá un brote de salidas, con un componente de protesta además, pero es difícil que tengan continuidad», prevé Patón.

ESCEPTICISMO / En la misma línea pero con mayor escepticismo se pronuncia Rosa Gil, hija y viuda de torero y propietaria del restaurante Casa Leopoldo. «La Monumental vende unos 400 abonos de toda la temporada -cuenta-. Con esta cifra, ¿se puede decir que en Barcelona hay una afición? De entrada habrá un efecto qué buenos son los padres escolapios que nos llevan de excursión y cuatro románticos montaremos salidas, pero veremos cuánto dura y si este excursionismo taurino basta para mantener viva una llama ya débil». Para más inri, a juicio de Gil, «solo José Tomás y Morante de la Puebla, a quien le falta regularidad, tienen el gancho suficiente en Barcelona para provocar desplazamientos significativos».

«Quizá de la prohibición catalana se beneficien las plazas próximas, pero prefiero no especular con este tema -explica el francés Simón Casas, empresario de los ruedos de Valencia y Nimes-. Sería mejor que los aficionados pudieran seguir yendo a la Monumental porque ello significaría que mantienen su libertad y su identidad intactas».

Quedan dos oportunidades para asistir a la Monumental. El próximo sábado torearán Morante de la Puebla, José María Manzanares y El Juli, y el domingo, en el último festejo que se celebrará en Catalunya, José Tomás, Serafín Marín y Juan Mora. La plaza estará llena la segunda tarde y tal vez también en la primera.

ÁNIMO REIVINDICATIVO / En ambas estará Paco Píriz, presidente de la Unión de Taurinos y Aficionados de Catalunya (UTYAC). ¿Con qué ánimo? «Reivindicativo. Basta de callar. La tarde de José Tomás no puede ser un funeral porque todavía quedan dos vías abiertas [un recurso ante el Tribunal Constitucional y una iniciativa legislativa popular (ILP) que se quiere presentar en el Congreso de los Diputados] para salvar los toros».

La UTYAC nació el año pasado como expresión del descontento de algunos aficionados con la Plataforma para la Defensa de la Fiesta y la Federación de Entidades Taurinas de Catalunya. La primera fue la voz del mundo del toro en el proceso parlamentario que desembocó en la abolición de las corridas en julio del 2010. De la segunda no hubo noticia hasta que en diciembre del año pasado anunció que impulsaría una ILP para pedir al Congreso que declare la tauromaquia bien de interés cultural y revoque el veto catalán.

«A la plataforma y la federación les ha faltado contar con el aficionado de la calle y alzar la voz -dice Píriz-. Agua pasada. Toca confiar en que el Constitucional se pronuncie a favor del recurso del PP contra el veto. Pero sea cuál sea la sentencia, debería dictarla antes del 1 de enero. Por ética y por coherencia».

El biólogo y taurino Jaume Josa también cree que el Constitucional «pondrá las cosas en su sitio». Pero, si no las pone en el sitio que a él le gustaría, considera que con las peñas, la televisión, internet, las revistas y los desplazamientos la cultura taurina catalana pervivirá. «La prohición es local y la fiesta es universal. No nos la puede robar nadie».

MALOS ROLLOS / Sí, la prohibición sembró malos rollos entre los taurinos. La plataforma se disolvió tras el triunfo de la ILP prohibicionista. «Hubo diferencias, envidias, desgaste, piques», comenta Gil, que fue su presidenta. David Guillén, portavoz de la federación, defiende que esta ha hecho «un trabajo de despachos jurídicos, políticos y empresariales más eficaz que sacar a la gente a la calle». La ILP tiene tiempo hasta diciembre para conseguir las 500.000 firmas necesarias. Guillén no quiere avanzar cuántas llevan.