comparecencia ante el juez

Sor María rechaza en una carta las acusaciones y asegura que le "repugna" el robo de bebés

El decano de los juzgados de Madrid abre una investigación sobre la excesiva protección policial a la religiosa

MARGARITA BATALLAS / Madrid

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Sor María, la primera imputada en un caso de bebés robados, hizo pública esta tarde una carta en la que niega su relación con el rapto de niños tras negarse a declarar ante el juez que instruye este proceso, Adolfo Carretero. La religiosa,María Gómez Valbuena, afirma en su misiva, remitida a varios medios de comunicación, que le "repugna" en lo "más hondo de su ser "la separación de un recién nacido de su madre biológica, realizada bajo coacciones y amenazas". También sostiene que nunca ha tenido conocimiento de estos hechos que califica de "inadmisibles e injustificables". La religiosa, de 87 años de edad, asegura que ha dedicado su vida "a ayudar a los más necesitados de manera desinteresada". Por ello, confía en que "la situación" por la que está pasando "se resuelva a la mayor brevedad".

También lamenta haber esquivado a los medios de comunicación a su llegada y salida de los juzgados a los que ha evitado gracias a un cordón de la policía municipal que la ha protegido durante su estancia en los juzgados y que la ha escoltado hasta el vehículo en el que ha regresado al convento de las Hermanas de la Caridad donde reside.

Apertura de investigación

Precisamente, el juez decano de Madrid, José Luis Armengol, ha abierto una investigación para identificar al responsable de la policía municipal que ha ordenado a los agentes adscritos a los juzgados que dispensaran un trato especial a la hermana. Armengol ha explicado, en declaraciones a este diario, que hace unos días el letrado de la monja, José María Calero, le pidió autorización para que la religiosa accediera a los juzgados por el garaje del edficio. Sin embargo, el juez decano se negó a atender esta petición porque al ser una imputada en un proceso penal debía ser igual que los demás acusados y acceder al edificio por cualquiera de las cuatro puertas de que dispone. El decano ha recibido otra petición similar, en está ocasión del magistrado Carretero para abandonar el edificio por el garaje, pero también ha sido denegada.

Además, el juez decano ha asegurado que no ha dado ninguna instrucción a la policía para que protegiera asor María. La hermana acudió a los juzgados una hora y media antes de que estuviera convocada. Durante su estancia en el juzgado permaneció en una sala protegida por la policía municipal que impidió que tuviera contacto con los numerosos medios de comunicación presentes en la comparecencia. Después, los agentes la llevaron por distintas estancias hasta que finalmente la sacaron por el juzgado de guardia en medio de un cordón policial. Sor María, que vestía los hábitos, iba acompañada por otra religiosa y no ha realizado ninguna declaración a los periodistas. Armengol ha pedido explicaciones por estas medidas que no han sido acordadas por los agentes que están adscritos en los juzgados sino por otro responsable de la policía municipal que depende del Ayuntamiento de Madrid que preside, Ana Botella, según la información que le ha sido facilitada al juez decano.