INFRASONIDOS ATMOSFÉRICOS

Sonidos del espacio

Un experimento de un estudiante con la ayuda de la NASA detecta señales de origen no explicado con un globo a 36 kilómetros de altura

La Tierra 8 Panorámica desde la Estación Espacial Internacional (ISS), a unos 400 kilómetros de altura.

La Tierra 8 Panorámica desde la Estación Espacial Internacional (ISS), a unos 400 kilómetros de altura.

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«Suena un poco como 'Expediente X'», dijo bromeando Daniel Bowman tras escuchar lo que acababa de grabar en la estratosfera a 36 kilómetros de altura.

Bowman, un estudiante de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (Estados Unidos), diseñó un equipo capaz de captar ondas de sonido en frecuencias inferiores a 20 hercios y lo lanzó al espacio con ayuda de la NASA a bordo de un globo de helio. Quería ver qué sucedía. Y el resultado es que, por primera vez en 50 años, se han captado sonidos procedentes del espacio, una especie de «silbidos», según la definición que el propio Bowman hizo a la revista de divulgación Live Science.

Lo que los micrófonos captaron fueron infrasonidos, ondas acústicas cuya frecuencia está por debajo del espectro del oído humano (20 herzios). Sin embargo, al acelerar las grabaciones se hicieron audibles, explicó el estudiante.

El experimento de Bowman fue una de 10 cargas útiles que el pasado 9 de agosto volaron en la plataforma HASP, un proyecto anual impulsado por la NASA y el Consorcio Espacial de Luisiana que está destinado a despertar el interés de los estudiantes por la ciencia.

Durante el vuelo, que duró nueve horas, el globo y sus cargas útiles recorrieron unos 725 kilómetros y alcanzaron una altura de más de 37.500 metros, una región del espacio cercano por encima de donde vuelan los aviones comerciales (10 km), pero todavía lejos de donde se encuentra la Estación Espacial Internacional (400 km).

«Nunca ningún experimento de este tipo había llegado tan alto», explicó Bowman a la revista. De hecho, el interés por los infrasonidos atmosféricos alcanzó su punto máximo en la década de 1960 como una forma de detectar explosiones nucleares, pero luego se perdió.

Mientras el globo volaba sobre los cielos de Nuevo México, los sensores de infrasonidos recogieron una mezcla de señales que ahora los científicos están tratando de interpretar, según informó Bowman en una reciente reunión de la Sociedad Sismológica de América.

Hay varias hipótesis para explicar las curiosas señales: la presencia cercana de un parque eólico en la ruta de vuelo, turbulencias del viento, ondas de gravedad y vibraciones causadas por el cable del propio globo de helio.

Nuevas pruebas este año

Los científicos tienen otra carga útil prevista para el lanzamiento de globos este año, lo que podría ayudar a revelar más sobre las fuentes de esos extraños infrasonidos. «Me sorprendió la gran complejidad de la señal -dijo Bowman-. Lo que esperaba era ver unas cuantas rayas pequeñas».

Bowman, que ha construido sus propios globos desde que iba a la escuela secundaria, espera que su experimento reviva el interés por los infrasonidos atmosféricos. «No ha habido grabaciones acústicas en la estratosfera en 50 años.Seguramente, si ponemos instrumentos por encima de la estratosfera, encontremos cosas que nunca hemos visto antes», recordó el joven científico. La creencia de que en el espacio no puede haber sonidos no es del todo correcta, puesto que sí hay gases que permiten que las ondas de sonido avancen. Lo que sucede es que tienen grandes dificultades para propagarse debido a la extrema escasez de átomos.