LOS EFECTOS DE LA CRISIS. LOS TESTIMONIOS

«Sobrevivir e ir tirando»

Beatriz García, en paro, lucha por sacar adelante a su hijo adolescente de 16 años

Beatriz García, en paro y madre de un adolescente de 16 años, en su domicilio de L'Hospitalet.

Beatriz García, en paro y madre de un adolescente de 16 años, en su domicilio de L'Hospitalet.

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En paro, las fuentes de ingresos de Beatriz García, de 45 años, son dos: la prestación de desempleo y la mínima pensión que le pasa su exmarido. El pasado mes de diciembre, le recortaron el paro al 60%, así que ahora Beatriz cobra poco más de 800 euros al mes, con los que tiene que sufragar el alquiler (600 euros), los suministros (agua, gas y teléfono) y la alimentación. Todo eso y, además, la educación de un hijo adolescente de 16 años.

«No se queja demasiado, sabe lo que hay»,dice de su hijo Beatriz, para añadir, con indisimulado orgullo de madre: «Entiende perfectamente que hay cosas que no nos podemos permitir y me pide lo mínimo». Beatriz se define como una mujer sin grandes ambiciones ni necesidades, cuya prioridad es sacar a su hijo adelante. Repartidas así las cartas, la confección del presupuesto familiar es un juego en el que ninguno de los dos puede estirar más el brazo que la manga. ¿Renuncia Beatriz a algo trascendental en la educación de su hijo? No. Pero, evidentemente, hay sacrificios que el chaval entiende perfectamente y que en otras circunstancias no harían falta. La ropa, por ejemplo («En casa, nada de marcas») o un presupuesto de ocio con los amigos ajustado al máximo.

Beatriz forma parte de ese colectivo a quienes si se les pregunta en qué ahorra a causa de la crisis sonríen y dicen que eso, ahorrar, es lo que les gustaría hacer, pero que con sus escasos ingresos bastante logro es cubrir gastos. Recepcionista durante más de 20 años en una empresa, en junio perdió su trabajo. En cuanto empezó a cobrar el paro, su bolsillo ya se resintió.«En realidad, ya lo notaba desde antes, porque mi sueldo no era para tirar cohetes y los precios no dejan de subir»,afirma. De su trabajo se fue «con una pequeña indemnización», que es a donde recurre para llegar a fin de mes, pese a que es consciente de que«pellizco a pellizco» ese colchón es«pan para hoy y hambre para mañana».

Currículos y malabarismos

Mirar hacia adelante es su apuesta vital.«Entre los administrativos hay mucho paro y con esta edad me he quedado colgada, pero tengo que pensar en que ve voy a sobreponer», afirma, cansada pero aún con ganas de a luchar . Así que mientras echa currículos sin parar, Beatriz hace malabarismos para llegar a fin de mes. Aunque lo peor no es el final, sino el principio. «El paro se cobra el día 10 y los recibos llegan el día 1--dice--así que tengo que hacer equilibrios para cubrir ese desfase».

Recortar se llama el juego. Beatriz reconoce que ha metido mano en la alimentación.«Si antes gastaba 50 euros a la semana, ahora son 30». Esto no significa suprimir comidas, sino cambiar hábitos que en poco tiempo ha interiorizado como si siempre hubiera sido así. Un ejemplo: en su casa ya no se hacen compras mensuales, sino que se reponen alimentos según se acaban («en lugar de comprar ocho flanes, compro cuatro»). Otro ejemplo: las comidas y las cenas se rigen por las ofertas en carne, en pescado o en fruta. La planificación es esencial. En la ropa, por ejemplo: la Beatriz que nunca iba de rebajas, que compraba«en función de las necesidades y sobre la marcha» ahora busca los descuentos y compra en supermercados de ropa. ¿Salir con los amigos? ¿Ocio? ¿Vacaciones?«Si antes no viajaba, ahora ni me lo planteo», dice. Lo primero es lo primero y la prioridad es«ir tirando». Y para el futuro, su principal preocupación: si su hijo aprueba el curso puente para presentarse por libre a las pruebas de acceso a grado medio, ¿podrá pagar los estudios que elija?