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Más de 130 ministros, junto con funcionarios gubernamentales de alto nivel, ganadores de premios Nobel, líderes de organizaciones internacionales y no gubernamentales, intelectuales, representantes del sector privado y de universidades de todo el mundo... Pero muy pocos españoles. Apenas un puñado de investigadores independientes, invitados a título particular por la Unesco. Ni el Gobierno central, ni la mayoría de los ejecutivos autonómicos van a estar presentes en el Foro Mundial sobre la Educación de Incheon (Corea del Sur), inaugurado ayer y donde se va a elaborar la hoja de ruta sobre la educación global para los próximos 15 años.

La Unesco, organizadora de la cumbre, ha citado a la flor y nata de la educación mundial, para que hagan sus contribuciones a la que será la gran aportación de la cita: la Declaración sobre Educación 2030, en la que intentará movilizar a todos los países y sus aliados en favor de la formación. En ella, se propondrán también, según prevé el borrador ya disponible, las maneras de coordinar los distintos sistemas educativos, cómo financiarlos y hacer su seguimiento a nivel nacional y regional para garantizar la igualdad de oportunidades para todos.

«Conocemos el poder de la educación para erradicar la pobreza, transformar vidas y lograr avances en los Objetivos de Desarrollo del Milenio», clamó la directora general de la Unesco, Irina Bokova, en su alocución inaugural a los congresistas. «Tenemos -agregó-  el deber colectivo de construir las capacidades de cada niño y joven sobre los cimientos necesarios para que enfrenten el futuro como ciudadanos globales responsables, que construyan sobre los éxitos de los últimos 15 años».

Contra los extremismos

«La educación asegura los derechos humanos, incluyendo la salud y el trabajo. Y la educación es también esencial para combatir las amenazas a la seguridad, como el aumento del extremismo violento», añadió por su parte el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, tras remarcar lo importante que es que las escuelas trabajen en favor de la tolerancia y la diversidad.

El documento que salga de la cumbre de Incheon será la prórroga, hasta el 2030, del conocido como plan Educación para Todos (EFA, en sus siglas en inglés), elaborado por la Unesco en el año 2000 con seis objetivos para este 2015. El balance de este primer plan ha sido, según el Instituto de Estadística de la Unesco, irregular.

En el 2012, constata este organismo, había 76 millones de niños y adolescentes fuera de la escuela menos que en el 2000. Durante el mismo periodo, unos 67 millones de niños más recibieron educación preescolar y aproximadamente 50 millones más se matricularon en la escuela primaria.

Sin embargo, el último informe EFA muestra que aún hay 57 millones de niños de primaria y 63 millones de adolescentes que siguen fuera de la escuela y 781 millones de adultos que son analfabetos. El informe estima que se necesitan 22.000 millones de dólares adicionales al año para garantizar la educación preescolar, primaria y secundaria inferior en el 2030.

En los países occidentales, recoge el mismo documento, presentado ayer por su autor, el norteamericano Aaron Benavot, hay regiones económicamente tan desarrolladas como Europa donde el 20% de la población adulta no tiene todavía las competencias básicas comunicativas y matemáticas para mejorar en su trabajo y, por lo tanto, en su calidad de vida.