PEDRO SANTAMARÍA. ENFERMO DE HEPATITIS C. 62 AÑOS. MARTORELL

"Me siento abandonado"

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-Usted no puede tratarse con simeprevir, el antiviral que ha comprado Sanidad. ¿Cómo se siente?

-Mal, me siento abandonado, porque nos han abandonado. Estábamos esperando desde enero. Entonces nos dijeron que unos laboratorios habían creado el sofosbuvir que nos puede curar, llevamos medio año esperando a que lo aprueben. Y ahora compran el simeprevir, que es más barato pero no cura a todos.

-¿Qué reacción ha visto en su hepatólogo?

-Los hepatólogos están frustrados, dolidos, porque existe el medicamento y no se lo pueden dar a sus pacientes porque Sanidad elige otro más barato. Es impensable que antepongan el ahorro a salvar vidas.

-¿Sabe que hay pacientes que han ido a EEUU a comprar sofosbuvir?

-Entonces es como siempre. El que tenga dinero se podrá curar, y el que no, ¿qué? ¿Se muere?  Si el Gobierno no tiene dinero para salvar vidas, que lo busque, que lo pida. Es lamentable que se amparen en la crisis para no dar un medicamento. Otros países han negociado y dan el tratamiento más barato. ¡Que negocien!

-Los especialistas y los afectados se quejan de la poca concienciación social que hay de la hepatitis.

-Claro, porque es una enfermedad oculta. Primero, un enorme porcentaje de infectados ni siquiera lo sabe. No hay información, no se hacen campañas con recursos, como las del cáncer de mama o el sida. Es una patata caliente.

-Quizá es porque durante largo tiempo se asoció a un concepto acusatorio de «mala vida» por los contagios entre heroinómanos y homosexuales.

-Cada uno puede elegir la forma de vida que considere, pero es un mito falso. Hay muchísima gente contagiada por transfusiones hechas durante operaciones quirúrgicas y también por practicantes que reutilizaban agujas, incluso en el dentista ha habido contagios. Eso son solo leyendas.

-¿Cómo se enteró usted?

-Tuve una úlcera de estómago y me hicieron una transfusión de sangre en el hospital de Martorell, ahí me contagiaron. Entonces no se conocía todavía la hepatitis C y la llamaban «no A no B».