INCIDENTES EN LA COSTA DAURADA

Las mechas de la revuelta

"La mercancía no es nada, lo que cuenta es la vida", lamentó un compañero del fallecido

Pancarta contra los Mossos

Pancarta contra los Mossos

S. B. / SALOU / M. N. / BARCELONA

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Era uno más, y con los papeles en regla, de la numerosa comunidad senegalesa que vive en Salou. 1.192 empadronados de ese país, un 4,5% de la población en invierno, que es de 26.800 habitantes. En verano se dispara el número de habitantes hasta los 180.000 y con los turistas, también crece el número de vendedores del 'top manta'. La víctima había llegado a España hace unos 10 años y se dedicaba a vender principalmente camisetas y otras piezas de ropa, sobre todo en las playas próximas, cercanas al piso donde convivía con otros compatriotas.

Una conocida del fallecido explicó que en su país le aguardaba su familia y que un hermano suyo vive en Salou. "Vendía cosas, pero la mercancía no es nada, lo que importa es la vida", lamentó uno de sus compañeros. "Era una persona popular y buena, serena y religiosa, y en alguna ocasión ya le habían confiscado la documentación y le habían multado, así que tenía experiencia con la policía y no nos creemos que se haya puesto nervioso y haya huido por la terraza, eso no me cabe en la cabeza", señaló otro senegalés. "Lo que no se entiende es que entren a esas horas de la madrugada en el piso de unos pobres vendedores que se dedican al menudeo, eso no es un centro distribuidor ni un taller clandestino", comentó uno de los muchos vecinos que pasaron media mañana contemplando los incidentes.

Productos confiscados

Al acceder al domicilio, los agentes de los Mossos se incautaron de "numerosas prendas de ropa y otros productos falsificados", explicaron a este diario fuentes al corriente de la investigación. El hombre estaba siendo investigado desde hacía un tiempo. Se sabía, según las mismas fuentes, que recibía regularmente material falsificado que se encargaba de distribuir a otros vendedores, aunque él también vendía en la calle.

El rechazo de la posibilidad de que el hombre huyera de la policía y cayera al vacío, como sostiene la versión oficial, y la asfixiante presión policial que dicen sufrir por parte de los Mossos, son las dos razones que encendieron la revuelta de senegaleses, muchos de ellos manteros. "Aquí nunca ha habido conflictividad con la comunidad senegalesa, son muy tranquilos y no ha habido nunca problemas", apuntaron fuentes municipales, que señalaron que, aunque suelen vivir en Salou, quienes se dedican al 'top manta' acostumbran a desplazarse a otros municipios para vender los productos. "Aquí hace años que hay presión policial y una fuerte campaña en los comercios y entre los vecinos, de manera que esta actividad casi no existe dentro de la población", añadieron.

"Es cierto que muchos cogen el tren y se dispersan por otras localidades de toda la costa, aquí hay presión, pero naturalmente ello no evita que haya venta en algunas zonas", explicó un vendedor. "Estamos hartos de que los Mossos nos quiten la mercancía. Mira, aquí tengo un acta en la que expone que me requisan los relojes, pero no pone cuántos. A nosotros no nos gusta pasar calor vendiendo en la playa, pero es lo que tenemos", criticó otro senegalés.