Sant Pau trata la esquizofrenia con un sistema pionero de estimulación cerebral que neutraliza los delirios

La paciente,de 47 años, está "animada" desde su intervención hace siete meses

Sant Pau trata la esquizofrenia con un sistema pionero que neutraliza los delirios

Sant Pau trata la esquizofrenia con un sistema pionero que neutraliza los delirios / periodico

ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

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Una mujer de 47 años afectada de esquizofrenia ha dejado de sufrir alucinaciones, delirios y otros síntomas característicos de su patología tras ser sometida a una operación pionera consistente en la colocación en el interior del cerebro de un electrodo que le produce una estimulación eléctrica.

La operación y todo el seguimiento, tanto antes como después de la intervención, lo han realizado especialistas del Hospital de Sant Pau de Barcelona. A la mujer, llamada Elena, se le diagnosticó la esquizofrenia hace más de 20 años y actualmente tiene reconocida una invalidez permanente.

La mujer, que fue operada hace siete meses, forma parte de un grupo de ocho pacientes voluntarios del Hospital de Sant Pau que se someterá a la misma intervención. Dos de ellos ya han seguido los pasos de Elena y se les ha colocado el electrodo, pero en fechas demasiado reciente como para poder determinar el éxito.

El equipo, dirigido por los doctores Iluminada CorripioJoan Molet Enric Álvarez, ha presentado los resultados en rueda de prensa.

Operaciones similares de estimulación cerebral profunda ya se habían realizado para tratar o contener los síntomas de la depresión o el párkinson, pero es la primera vez en el mundo que se emplea para la esquizofrenia. 

Los electrodos, que son unas pequeñas estructuras de cuatro milímetros, se colocan en el interior cerebro y reciben los impulsos para ponerse en marcha gracias a una especie de marcapasos colocado bajo la piel del abdomen y que los médicos pueden programar.

PARKINSON Y DEPRESIÓN

La estimulación cerebral profunda se empezó a aplicar en el Sant Pau de forma pionera hace 15 años en enfermos de Parkinson, y después se extendió a pacientes con depresión gracias a sus buenos resultados y a la mejora de las técnicas de neuroimagen.

La intervención, que cuesta unos 60.000 euros, dura unas ocho horas y requiere anestesia general y una semana de posoperatorio: "Luego los pacientes pueden hacer vida normal y centrarse en el tratamiento para recuperar los años perdidos", ha dicho Molet.

Los pacientes deben seguir el mismo tratamiento farmacológico anterior a la intervención; si no, la respuesta no podría atribuirse exclusivamente al neurotransmisor que llevan implantado.