propuesta de reforma legislativa

Sánchez aboga por pactar una ley de eutanasia y el PP se niega

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el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se mostró ayer dispuesto a impulsar en la próxima legislatura un debate sobre la eutanasia para tratar de aprobar una ley que la regule con el consenso de todos los partidos. Los socialistas, explicó ayer Sánchez a raíz del caso de la niña de Santiago sin cura cuyos padres piden que se la deje morir, son partidarios tanto de aprobar una ley estatal sobre la muerte digna en la línea de las que ya existen en Galicia y otras comunidades autónomas como de «abrir un debate social» sobre si conviene legislar para permitir algún tipo de eutanasia. El consenso que propuso Sánchez no parece demasiado probable a la vista de la reacción del PP, que ayer rechazó la idea de regular la eutanasia. Los ministerios de Sanidad y Justicia, por su parte, sostuvieron que en España ya existe una legislación que funciona y que garantiza que no se prolonga la vida de los pacientes terminales de forma innecesaria cuando no hay posibilidades curativas.

Sánchez, que en una entrevista en la cadena SER recalcó que el caso de la niña gallega no tiene nada que ver con la eutanasia, destacó que los poderes públicos tienen la obligación de «dar una respuesta» a un debate que tiene que ver con la ética y la moral, pero «también con la vida». El PP tiene otra opinión. Su portavoz en el Congreso, Rafael Hernando, rechazó la posibilidad de impulsar la legalización de la eutanasia en España. No obstante, matizó que se trata de una cuestión en la que su grupo parlamentario no ha entrado en esta legislatura y que su partido debatirá para fijar posición en su próximo programa electoral. «Entonces tomaremos una decisión sobre el asunto», precisó.

Convergència Democràtica, por boca de su diputado en el Congreso Carles Campuzano, abogó en cambio por «ser valientes» y poner en marcha una «legislación avanzada» en materia de eutanasia en línea con la que existe en países como Estados Unidos, que a su juicio han sabido crear condiciones que permiten no alargar el sufrimiento de los pacientes de forma «innecesaria».

El caso de Andrea, la niña gallega, movió ayer también a la Iglesia a rechazar el «encarnizamiento terapéutico». El portavoz de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, recordó que la doctrina de la Iglesia se opone a la eutanasia pero señaló que, ante la inminencia de la muerte, rechazar el tratamiento obstinado y el encarnizamiento terapéutico que solo producirá una prolongación «precaria y penosa de la existencia» es una cosa distinta. Tamayo recordó incluso que el código deontológico obliga a los médicos a lograr el bienestar del enfermo terminal «aún cuando de ello pueda derivarse el acortamiento de la vida».