PELIGRO EN UNA DE LAS CARRETERAS MÁS TRANSITADAS

Sacar los camiones no basta

Los accidentes en la N-340 han causado cuatro muertos en Tarragona en menos de un mes

Uno de los puntos negros de la N-340, en Altafulla, ayer.

Uno de los puntos negros de la N-340, en Altafulla, ayer.

RAFAEL MORALES / TARRAGONA SÍLVIA BERBÍS / TORTOSA

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Los cuatro muertos que ha registrado en menos de un mes la carretera N-340 a su paso por Tarragona han vuelto a disparar las alarmas y las reivindicaciones del territorio ante el colapso permanente que sufre el tramo catalán de una de las carreteras «más transitadas y siniestras» de España. «No es un repunte, sino la constante de esta carretera desde hace 20 años», asegura Lluís Puerto, director técnico de la Fundació RACC. El territorio sigue presionando para que la carretera se convierta del todo en autovía.

El primer paso para intentar rebajar el colapso y los accidentes ya lo dio el jueves la ministra de Fomento, Ana Pastor, al anunciar que a partir de abril será obligatorio que los camiones se desvíen a la autopista, cuando sea posible, en los tramos conflictivos de carreteras que no estén desdobladas. Era prácticamente la única medida en la que estaban de acuerdo todos los estamentos -excepto la patronal del transporte de mercancías por carretera- que participan en las negociaciones desde hace varios años.

Tanto en el sur como en el norte de Tarragona existe unanimidad en que la N-340 está colapsada y es peligrosa. Los accidentes del 2013 en todo el tramo catalán causaron 9 muertos (7 en Tarragona); y en el 2014, hubo 12 (8 en Tarragona). En el 2015 ya han muerto cuatro personas, todas en Tarragona. El lunes pasado fallecieron dos en L'Ametlla de Mar (Baix Ebre); el día anterior, murió un motorista en El Vendrell (Baix Penedès); y el 16 de enero, en L'Ampolla (Baix Ebre), un camión atropelló a un peatón.

Tramos afectados

La medida de Fomento afectará a los tramos catalanes de la N-340 entre L'Hospitalet de l'Infant (Baix Camp) y Oropesa (Castellón), Altafulla (Tarragonès) y Vilafranca del Penedès (Alt Penedès), y Vilafranca del Penedes y Martorell (Baix Llobregat), que permiten conectar con la AP-7. Pero echar a los camiones no es suficiente. Los alcaldes de Altafulla, Torredembarra, Roda de Berà, Creixell

(del Tarragonès) y El Vendrell (Baix Penedès) defienden que el tramo de autopista de apenas 20 kilómetros entre Torredembarra y El Vendrell sea gratis para todos. «Creo que antes del verano se puede llegar a un acuerdo», afirma Fèlix Alonso, de Altafulla. «El problema se agrava los fines de semana y el colapso es total en vacaciones», sostiene Martí Carnicer, alcalde de El Vendrell.

La siniestralidad de la N-340 a su paso por las Terres de l'Ebre también es histórica. De tan largo viene la reivindicación -ahora se centra en la ejecución del tramo de la autovía A-7 entre La Jana y el Perelló-, que la queja se acompaña de cierto hastío. «Hemos pasado diez años reivindicando y nada de nada», lamenta el presidente de la Cámara de Comercio de Tortosa, Josep Lluís Mora. «Si esto estuviera ocurriendo en otro sitio, más al norte, o más al sur, en Valencia, quizás no tendríamos que insistir hasta la saciedad», apunta Andreu Martí, alcalde de L'Ametlla de Mar.

Todos ellos coinciden en que mientras Fomento no se decida a actuar en serio, abrir los peajes de la AP-7 es una medida que augura eficacia sin inversión. «Madrid habla de sufragar el 50% del coste pero pedimos más», reclama el delegado del Govern en el Ebro, Xavier Pallarés. «Eso es una miseria y una falta de consideración, pedimos la gratuidad de la autopista sin discusión», añade Martí. «No sería la primera vez que se decide algo así pero no hay voluntad política, nuestro peso electoral en la provincia de Tarragona es demasiado bajo», concluye Mora.