MISIÓN ESPACIAL EUROPEA
El robot 'Philae' detectó compuestos orgánicos en el cometa 67P
Son los materiales que favorecieron el surgimiento de la vida en la Tierra
El módulo europeo Philae halló en la superficie del cometa 67P / Churyumov-Gerasimenko moléculas orgánicas (con carbono), considerados los ingredientes que propiciaron el surgimiento de la vida en la Tierra, antes de que se agotara su batería y entrara en periodo de hibernación, según informaron ayer científicos de la DLR, la agencia espacial alemana. Los datos enviados por Philae están en fase de estudio para intentar caracterizar los materiales y ver cuál es su complejidad. «Hemos recogido una gran cantidad de datos valiosos que solo se podían obtener por contacto directo con el cometa», dijo Ekkehard Kuhrt,
director científico del proyecto.
Compuestos orgánicos no equivalen a vida y, de hecho, hay una diferencia enorme entre los más simples, como el etanol, y los complejos aminoácidos que constituyen las proteínas. Sin embargo, los investigadores están fascinados porque diversos estudios han propuesto que los ingredientes de la vida llegaron a la Tierra a bordo de cometas que impactaron en una fase temprana de la historia del planeta o, incluso, que la propia vida llegó directamente del espacio, que es la llamada hipótesis de la panspermia (en este sentido, se ha comprobado que bacterias del género Streptococcus llevadas a la Luna en 1967 se reanimaron tres años más tarde tras regresar a la Tierra). Uno de los objetivos de la misión Rosetta era precisamente descubrir si en Chury había compuestos basados en carbono.
Philae aterrizó en el cometa 67P tras un viaje de 10 años a bordo de la nave Rosetta, en una misión para descubrir detalles sobre cómo evolucionaron los planetas y tal vez hasta la vida. El robot terminó su misión de 57 horas el sábado tras enviar información de una serie de experimentos. Luego se agotó la batería.
Se considera que los cometas, cuya formación se remonta al momento en que se constituyó el Sistema Solar, preservan moléculas antiguas como si fueran una cápsula del tiempo. Cosac, un instrumento de análisis a bordo de Philae, fue concretamente lo que permitió «oler» las moléculas orgánicas.
Philae también perforó la superficie del cometa en su búsqueda de moléculas orgánicas, pero no está claro aún si pudo enviar una muestra a Cosac para analizarla.
SUPERFICIE DURA / Además, la herramienta Mupus, concebida para medir la densidad y las propiedades térmicas y mecánicas de la superficie del cometa, mostró que no era tan blanda como se había creído. Un sensor térmico que se suponía sería colocado a 40 centímetros bajo la superficie no pudo ser instalado. El DLR explicó que tras superar los 10-20 centímetros de una dura capa de polvo, el sensor alcanzó una capa de material que sería tan duro como el hielo. «Es una sorpresa. No esperábamos un hielo tan duro en la superficie», dijo Tilman Spohn, quien encabeza el equipo de Mupus en el DLR.
Spohn dijo que Mupus podría ser usado de nuevo si las baterías de Philae se recargan con energía solar, algo que los científicos confían en que suceda a medida que el cometa se vaya acercando al Sol.
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