Rigau llama a los colegios a reabrir el debate del uniforme escolar

¿Hay que recuperar el uniforme en la escuela o, al menos, establecer unas normas de vestimenta más igualitarias? Esta es la pregunta que la titular de Ensenyament, Irene Rigau, ha trasladado a los consejos escolares de cada centro de Catalunya, con la voluntad de abrir un debate para "reflexionar sobre la conveniencia de vestir de determinadas maneras en un ambiente de trabajo". La consellera se ha mostrado preocupada por "la obsesión de los alumnos de saber cada día qué se ponen, de cambiar, cierta competencia y vinculación inmediata con las modas". De momento, sin embargo, el Govern no tiene previsto emitir una norma sobre la vestimenta escolar.

Rigau puntualiza que esta es una decisión que han de tomar los consejos escolares de cada centro, pero a la vez les invita a la reflexión: "A la hora de repensar las formas de vestir en la escuela, nos parece oportuno abrir un debate. No se trata solo de hablar de velo sí o velo no". Desde el punto de vista de la consellera, hay que discutir "si es recomendable o no una forma más práctica de vestir, más igualitaria, porque a veces las diferencias son muy evidentes". Unas diferencias, subraya, que se atenúan cuando los alumnos se ponen una bata o un uniforme.

La dirigente considera oportuno que los alumnos vistan de una manera acorde con el ambiente de trabajo. "Cuando haces deporte vistes de una manera y cuando vas a una fiesta de otra", pone como ejemplo. "Hay cuestiones que no son solo estéticas", dice Rigau, preocupada por la competencia entre alumnos en función de la ropa.

Uso minoritario

El uso de uniformes escolares en Catalunya es minoritario y se limita a algunos centros concertados o privados, en muchos casos religiosos. Los defensores de la indumentaria común alegan que fomenta valores de igualdad y disciplina, y que además supone un ahorro para las familias. Sus detractores sostienen que los uniformes son un elemento conservador.

La vestimenta homogénea entre los estudiantes es norma en la mayoría de los estados de África y en otros países como Japón, Chile y el Reino Unido. Francia lo abolió en mayo de 1968, mientras que EEUU y Alemania mantienen códigos de indumentaria.