ESTAMPIDA EN LA CAPITAL DEL GIRONÈS

'Riau-riau' en Girona

Una ternera, encima de un coche de la policía local.

Una ternera, encima de un coche de la policía local.

FERRAN COSCULLUELA
GIRONA

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Girona se convirtió ayer por unas horas en un rodeo americano. Cuatro terneras se escaparon del camión en el que eran transportadas al matadero de la ciudad, en el polígono de Mas Xirgu, sobre las 11.30 horas. Los animales salieron de estampida entre el tráfico rodado y se dirigieron a una zona industrial próxima a las vías del tren. La presencia de los astados en las calles de la ciudad, como si se tratara de un encierro, causó la perplejidad de los numerosos conductores y transeúntes que pasaban en ese momento por la zona. Solo faltó que una parte de los curiosos entonara la canción popular«Las vacas del pueblo ya se han escapao, riau riau».Algunos de ellos incluso se detuvieron para inmortalizar la inusual escena con las cámaras de sus teléfonos móviles, lo que alteró aún más a los asustados animales.

La odisea vacuna obligó a intervenir a una decena de patrullas de los Mossos d'Esquadra y de las policías locales de Girona y Salt. Una de las terneras fue capturada por personal del propio matadero, que la atrapó con un lazo decow-boy, al más puro estilo de John Wayne, aunque, eso sí, el intrépido vaquero tuvo que realizar más de un intento. Otra de las vacas fue capturada en el aparcamiento de la subestación de Endesa en Salt, después de que el animal saltara sobre un coche de la Policía Local de Girona y abollara algunos vehículos particulares. Los agentes tomaron los datos de los conductores afectados para realizar el parte de accidente, lo que sin duda ayudará a que los peritos de las compañías den credibilidad a las insólitas denuncias.

Dardos narcotizantes

Los dos animales restantes se dirigieron hacia Fornells de la Selva, al sur de Girona, siguiendo las vías del tren, lo que obligó a a suspender el paso de un convoy que transportaba mercancías peligrosas por motivos de seguridad. Para evitar más incidentes, los Mossos pidieron ayuda a los agentes rurales, que consiguieron sedar a los animales sobre las cuatro de la tarde utilizando dardos narcotizantes.

Dulces sueños que acabaron con una de las escapadas más surrealistas que se recuerdan en una ciudad que no destaca precisamente por su tradición taurina.