La riada de Agramunt enfrenta al alcalde y el geriátrico con Interior

Una

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GUILLEM SÀNCHEZ
BARCELONA

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Nueva sombra sobre la inundación del semisótano del geriátrico Ribera del Sió de Agramunt que costó la vida a cuatro ancianas. Si el martes se supo que el centro no se podría construir con la normativa actual por estar en zona inundable, como informó EL PERIÓDICO, el aviso a la población sobre el desbordamiento del río Sió enfrentó ayer al alcalde y el asilo con Interior.

El conseller de Interior, Jordi Jané, afirmó ayer que los bomberos del parque de voluntarios de Agramunt avisaron a los habitantes del municipio del riesgo que el aguacero podría suponer para los edificios situados en la zona inundable próxima al río Sió. Entre estos, el geriátrico en el que fallecieron ahogadas cuatro ancianas. El aviso, según Interior, se hizo en algún momento del lunes, «antes de la inundación». «Nos consta que se estuvo advirtiendo a la población por megafonía aquella misma noche y que incluso hubo avisos puntuales a vecinos de posibles afectaciones por las riadas», aseveró.

La información fue desmentida por el geriátrico, a través de uno de sus propietarios, Josep Esteve. También por el alcalde del municipio, Bernat Solé. El primero aseguró que nadie se puso en contacto con el centro para alertarlos. El segundo, que solo fue informado del riesgo de desbordamiento del río cuando este ya se había producido. La llamada que lo despertó, de hecho, la efectuó la policía local de su pueblo, a las cuatro de la mañana.

Desde Interior se especifica que el jefe de la región de emergencias de Lleida pidió a los bomberos que abandonaran sus parques para «revisar las zonas fluviales» que entrañaran algún riesgo, después del chaparrón caído aproximadamante entre les ocho y las diez de la noche, el episodio que fraguó la riada que acabó ahogando a las mujeres.

El parque de Agramunt fue uno de los que recibió la orden, según Interior. La cumplió lanzando inusuales avisos a través del altavoz de su camión. Pero la mayoría de los habitantes de los domicilios anegados por la crecida no escucharon estos mensajes. Tampoco llegaron al geriátrico ni al alcalde.

Esteve detalla que el primer contacto entre una cuidadora y los bomberos voluntarios tuvo lugar a las cuatro de la madrugada. Fue precisamente el encuentro que originó la voz de alarma. Los bomberos advirtieron de la crecida del río y se fueron. La trabajadora descendió entonces hasta la planta del semisótano. Allí se percató de que el agua estaba entrando y llamó al 112. La conversación con el centro de emergencias está registrada a las 4:07.

Ya era demasiado tarde. Los bomberos voluntarios regresaron y el alcalde se presentó en el asilo. Entre todos trataron de llegar hasta los dormitorios de las ancianas pero el pasillo que los conducía hasta allí ya acumulaba un metro y medio de agua. Su rescate solo fue posible casi dos horas después, cuando llegaron desde Cerdanyola los especialistas subacuáticos del GRAE.

«ALGO NO FUNCIONÓ»

«La gran fuerza del agua, combinada con la falta de aviso de la situación que estaba a punto de sufrir Agramunt, hizo que el tiempo de reacción fuera insuficiente», concluye Esteve. «Algo no funcionó», considera, porque nadie dijo nada de la anómala crecida de un río que empezó a dar muestras de acumular un caudal peligroso «horas antes». Así lo percibieron, según Esteve, «trabajadores de una planta nocturna de Les Pallargues» sobre «las dos de la madrugada», unas dos horas antes del desastre.

Solé, por su parte, remarcó que él no recibió ningún aviso por lluvias en la zona, motivo por el cual no se activaron los planes de emergencia municipales, informa Laura Biela. «A las 23.00 horas» del lunes, un mensaje de la Generalitat «confirmaba la intensidad de precipitaciones en comarcas cercanas, pero en ningún momento se hacía referencia a la cuenca del río Sió o a la comarca de la Segarra», señaló el alcalde.

Los Mossos, el Síndic de Greuges y el juzgado de instrucción número 1 de Balaguer han abierto investigaciones paralelas para aclarar si existen responsables por la muerte de las cuatro ancianas. Según Jané, la respuesta de los equipos de emergencia fue «correcta».