ALERTA SANITARIA INTERNACIONAL

El religioso español con ébola volverá a África si salva la vida

Manuel García Viejo junto a algunos niños atendidos en el Hospital San Juan de Dios, de Lunsar.

Manuel García Viejo junto a algunos niños atendidos en el Hospital San Juan de Dios, de Lunsar.

ÀNGELS GALLARDO / BARCELONA

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El religioso Manuel García Viejo, que enfermó del virus de ébola en Sierra Leona, permanecerá en el Hospital Carlos III de Madrid al que debía llegar la pasada madrugada procedente de la capital de ese país, Freetown, hasta su eventual recuperación, pero ya ha advertido a sus compañeros del Hospital San Juan de Dios, de Lunsar, que si vence la enfermedad volverá a África. El avión C-130 Hércules del Ejército del Aire empleado en el traslado, acondicionado de forma urgente el pasado sábado para que pudiera asumir la misión de transporte sanitario de alto riesgo, aterrizó en Freetown a las 15.50 horas de ayer, donde se inició la instalación de García Viejo en una de las dos cámaras de aislamiento con que se dotó a la aeronave.

Tras aterrizar en Torrejón de Ardoz, el enfermo será tratado en el hospital madrileño, que le destinará una de las dos habitaciones de su sexta planta provistas de sistemas de aislamiento, cámara interna y ventilación exclusiva. Los residuos que genere el paciente -material con alta carga vírica- serán evacuados por una esclusa individual. El personal que lo atienda, especializado en infecciones, deberá actuar provisto de los aparatosos trajes aislantes que impiden todo contacto con los fluidos del paciente. A diferencia de lo ocurrido el pasado agosto durante el ingreso del religioso Miguel Pajares, también enfermo de ébola, los pacientes que permanecen hospitalizados en el Carlos III no serán evacuados.

CONFIANZA

Al ingresar, el religioso será sometido a algunas pruebas diagnósticas -solo las imprescindibles- que determinarán con cierta precisión su estado general. En los últimos días, el enfermo ha manifestado fiebre y diarreras como únicos síntomas de la infección de ébola que sufre, cuyo diagnóstico le fue confirmado el pasado viernes.

García Viejo pudo contraer el virus cuando se reincorporó al trabajo hace una semana, calculan los médicos de Freetown que lo han atendido, ya que hasta entonces el Hospital de San Juan de Dios, en el que es director médico, permaneció cerrado en aplicación de una cuarentena que pretendía evitar el ébola.

La fortaleza física de Manuel García Viejo, de 69 años, y los especiales cuidados que recibirá en el hospital madrileño son los elementos en que confían los compañeros y familiares del religioso, explicó ayer eMiguel Ángel Verona, presidente de la Fundación Juan Ciudad, que gestiona la cooperación internacional de la Orden de San Juan de Dios. «Manuel es un fuera de serie -dijo Verona-. Su compromiso con África es muy firme y siempre nos dijo que, pasase lo que pasase, no quería salir de ese continente». Consecuente con aquella idea, esa fue la actitud que el religioso mantuvo en el primer momento, tras conocer que sufre el ébola. «Pero las decisiones cambian y, aunque los recursos en Sierra Leona para abordar la epidemia van mejorando, lo cierto es que están desbordados. El virus del ébola es muy traicionero», explicó Verona.

La Orden de San Juan de Dios ha expresado su intención de reabrir el hospital de Monrovia (Liberia) en el que trabajaba Miguel Pajares, tanto para acoger a enfermos del ébola, como para atender a los afectados por otras muchas enfermedades que han quedado desatendidas desde que estalló el brote del virus hemorrágico, y que, aseguran, están causando numerosas muertes.