La calidad de la docencia

La red social académica

FABIO SCHNEIDER
ALELLA

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Nada más encender el ordenador los alumnos de tercero de ESO del instituto de Alella se ponen a enredar en la red: consultan su perfil, los comentarios, lo que ha colgado este o aquel... Podría parecer que usan Facebook o Twitter. No es el caso. Se trata de la plataforma digital Desocupadolector, una web que su profesor de castellano, Carlos Ruiz, ha creado «para que aprendan manejando internet». Podríamos definirla como un cuaderno de ejercicios digital de ortografía, morfosintaxis y comprensión lectora. Pero es mucho más, puesto que incluye componentes propios de una red social como el perfil, pestañas de votaciones o foros de consulta. «Quise integrar en la página aspectos que ellos utilizan en sus redes sociales», comenta Ruiz.

La plataforma viene acompañada de un método. El profesor y los alumnos cuelgan ejercicios sobre un tema antes de darlo en clase y, tras la lección, los estudiantes los hacen. Es entonces cuando comienzan las correcciones colectivas vía comentario, las clasificaciones de los textos más leídos o la consulta de dudas en el foro. «Es un aprendizaje constructivo, colaborativo y adaptativo, porque permite preparar cosas específicas para cada tipo de niño», apunta el docente, a quien le gustaría que todo el instituto funcionase así.

La idea entusiasma a alumnos, profesores y padres, que han visto una implicación exponencial de los estudiantes. Aparte de aquello obligatorio, los chicos suben a la red todo tipo de textos. Su profesor lo define como «la furia creativa que provoca internet». Así, Laura escribe sobre mitología griega, Carlota y Guiu publican su novela por capítulos y Albert cuelga curiosidades que encuentra en la red. «Pero si publicas, has de hacer un cuestionario para todos y corregir el texto en función de los comentarios», apunta Laura.

Trabajo autónomo

Ruiz atribuye el éxito de la iniciativa a que el entorno digital «forma parte de la realidad de los niños y ha cambiado las formas de aprender. Ahora conocen clicando de un lado para otro, interactuando, no recibiendo el temario de forma pasiva». Lejos del memorizar para olvidar, el sistema fomenta el trabajo autónomo del alumno, y el efecto es  sustancial. En la prueba de castellano de la evaluación externa de cuarto de ESO del año pasado, los alumnos de Ruiz obtuvieron 2,5 puntos más que la media catalana.

Desocupadolector, nombre acuñado en referencia a la primera línea del prólogo de Don Quijote, resulta de la labor de varios años que tuvo el pasado su punto más álgido:  los alumnos de segundo desarrollaron un libro de texto virtual con el que recibieron el premio Espiral Edublogs, que reconoce la excelencia en plataformas educativas. El manual acabó con 3.330 entradas, 17.000 comentarios y un millón de palabras escritas. La página recibía más de mil visitas diarias. «El galardón subió la moral, y les sirvió para comprender la trascendencia de lo que hacían», explica Ruiz. Estas cifras se superarán con seguridad con Desocupadolector, ya que este año participan todas las clases. «La idea es que entren en contacto entre cursos», añade el profesor. Un modelo innovador al alcance de todos según Ruiz: «Solo necesitas un dominio y un ordenador, el resto de productos tecnológicos que se ofrecen a las escuelas responden a intereses comerciales».