Ratzinger afronta su último día como Papa

Benedicto XVI renunciará al Pontificado esta tarde y se trasladará a Castelgandolfo por unos días

Benedicto XVI, este miércoles, durante su última audiencia pública en la plaza de San Pedro en el Vaticano.

Benedicto XVI, este miércoles, durante su última audiencia pública en la plaza de San Pedro en el Vaticano. / dcm

ROSSEND DOMÈNECH / Roma

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Hoy es el último día de Benedicto XVI, después de su abdicación como Papa, anunciada el pasado día 11. Esta noche Joseph Ratzinger dormirá en la villa de Castelgandolfo, a 20 kilómetros de Roma, y los 209 cardenales católicos empezarán a reunirse en la capital italiana para buscar al sucesor.

El conclave para elegirlo empezará en torno al día 10 de marzo y cuando salga la 'fumata' blanca de la chimenea de la capilla Sixtina, en Roma habrá un Papa y un ex Papa. O un Romano Pontífice Emérito, o un Papa Emérito, como han decidido que se llame Joseph Ratzinger.

El último día como Benedicto XVI ha sido minutado segundo por segundo, de forma tan sugerente que parece un guión cinematográfico. El Papa no se va de viaje, sino para siempre, lo que constituye una novedad absoluta, que ha tenido que ser preparada interpretando las leyes, porque hasta ahora los Papas se morían pero no se jubilaban.

Preparar la mudanza

Esta mañana Benedicto XVI se reúne con los 3.000 empleados de la Curia o gobierno central de la iglesia católica y después con los cardenales que estén en Roma, que son unos 70. Se despedirá de todos y volverá al apartamento que ha ocupado durante casi ocho años. Dará las últimas órdenes para la mudanza, para la que no se podrá llevar los papeles oficiales de cuando era Papa sino sólo los suyos personales. Después comerá un almuerzo ligero, como hace años atrás, cuando se le detectaron graves problemas circulatorios. Seguidamente es posible que eche una breve siesta.

A las 16.55 de la tarde entrará en el ascensor de su apartamento y bajará hasta el patio de san Dámaso, situado dentro del Vaticano, donde le saludará el secretario de Estado, cardenal Tarsicio Bertone, y un piquete de guardias suizos ¿su guardia personal-- le rendirá honores. En coche recorrerá seguidamente los cinco minutos que le separan del helipuerto interno, donde le saludará el decano de los cardenales, Angelo Sodano, presidente del colegio que deberá elegir al sucesor.

Sede Vacante

Al cabo de media hora estará en Castelgandolfo. Una vez en la villa pontificia, saldrá al balcón desde donde en los veranos hablaba a los fieles durante las audiencias y saludará a la diócesis de Roma, de la que habrá sido obispo obispo desde 2005. Después cenará, comiendo alguno de los productos de los huertos de la villa, que habitualmente ya le proporcionaban la materia prima de sus comidas en el Vaticano.

A las ocho en punto, tal como ha decidido personalmente, dejará de ser Papa y comenzará la Sede Vacante. En aquel momento, los guardias suizos que montan guardia en defensa de su persona abandonarán el puesto y volverán a Roma y la vigilancia correrá a cargo de los gendarmes del Vaticano, la policía del estado pontificio. "Permaneceré escondido al mundo", había dicho, aunque ayer puntulizó enigmáticamente que uno es Papa "para siempre" y que "una vuelta a lo privado ya no es posible".