Rap, el verdadero sonido de la calle

El género más escuchado por las nuevas generaciones se propaga por patios de escuela, parques y ordenadores

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NANDO CRUZ / BARCELONA

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Dos frases muy recurrentes entre los adultos, dos de las que mejor explican la brecha generacional respecto a las nuevas generaciones son: “la música ya no importa tanto como antes a los jóvenes” y “la gente joven no va a conciertos”. Ambas son rotundamente falsas. Los jóvenes escuchan música a todas horas, más que en cualquier otra época de la historia, y no solo van a conciertos sino que muchos dejan de ser espectadores pasivos para convertirse en autores.

La clave está en el género que más escuchan las nuevas generaciones. No es otro que el rap y, por extensión, todo tipo de ritmos urbanos: desde el reggaeton hasta el trap. Hace años que la música de guitarras quedó relegada a los mayores de 30 años. Para los jóvenes, el rock significa lo mismo que una orquesta barroca para los adultos. Es una música fosilizada. Es el pasado.

El rap es un género ubicuo en patios de escuela, parques y ordenadores. Es portátil y barato. Para entendernos: el rock sinfónico suena fatal en el móvil. El rap, algo mejor. También circula con más facilidad entre distintos estratos sociales y es más permeable a cambios demográficos, como demuestra la naturalidad con que se ha fundido con otros ritmos llegados de Latinoamérica. En España ha ocupado el espacio que en su día cubrió el rock urbano y lo ha suplantado como altavoz de las quejas de las clases más desfavorecidas. No hay género que esté exponiendo de forma más rápida y directa lo que ocurre en España a nivel político y social También es el más acosado por la Audiencia Nacional.

YOUTUBE ES EL PUENTE DE CONEXIÓN

En un contexto de crisis económica y precariedad laboral, las cifras de venta de discos no pueden ser un baremo significativo. No existen superventas del rap, pero para calibrar el impacto del hip-hop entre la juventud, lo mejor es acudir a Youtube. Quizá no han oído hablar del madrileño Denom. Lanzó tres canciones en otoño. La más reciente suma 860.000 visitas en tres meses. Alguna rebasa los dos millones. Los también madrileños Natos y Waor tienen videoclips con cinco, seis y nueve millones de visitas. Muchos raperos viven de estos clics.

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Internet se ha convertido en el puente que conecta el hip-hop español con el público adolescente. “La empresa soy yo, mi sello es Youtube”, canta el joven artista de trap Rels B. El jueves, a las ocho y media de la tarde, colgó su último clip, 'Nueva generación'. A las ocho y media de la mañana siguiente ya sumaba más de 150.000 visitas. ¡En solo 12 horas! Mientras España dormía. “Vamos a quedarnos con todo, somos la nueva generación”, reza el estribillo.

Pero el rap y demás músicas urbanas no solo arrasan en el mundo virtual y al margen de la economía de mercado. El propio Rels B actuó en enero en Razmatazz 2 con todas las entradas agotadas. El aragonés Rapsusklei reventó Apolo la semana pasada. Decenas de artistas de ritmos urbanos llenan salas de mil personas por todo el país sin aparecer en los medios de comunicación.

CONSUMO ACTIVO

El Centre de Cultura Contemporània de Barcelona organiza un sábado cada mes la Poetry Slam, un concurso de poesías sobre bases rítmicas. Es una de las actividades más exitosas del centro desde hace años. Sin embargo, los jóvenes ya ni necesitan que un adulto les monte el sarao. Ellos autogestionan sus eventos, como las quedadas detrás del Macba. Se citan por Facebook, hacen rondas eliminatorias con estrictas reglas y pasan a las finales estatales.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Los encuentros de \u2018amateurs\u2019\u00a0","text":"son citas autogestionadas, sin adultos, a trav\u00e9s de Facebook"}}Estos rimaderos forman una tupida red de raperos 'amateurs' que crece a plena luz del día, pero, sin embargo, pasa desapercibida a los ojos de cualquier mayor de 30 años. Las hay en El Prat del Llobregat, en Mazagón y en Coslada. Se juntan decenas y cientos de chicos; chicas, la verdad, poquísimas. Muchos son menores de edad. De nuevo, solo hay que ir a Youtube y comprobarlo. La red está plagada de filmaciones con centenares de miles de visitas. Otra opción es pasarse por alguna plaza y verlo en persona. No es un mundo aparte. Es el mundo de hoy. Los hábitos musicales de la juventud han mutado por completo. Los únicos que no nos hemos enterado somos los adultos. Es nuestro papel.