El futuro de la tradición taurina

Rajoy estudia cómo anular la prohibición de los toros

José Tomás torea con la muleta en la Monumental, el domingo.

José Tomás torea con la muleta en la Monumental, el domingo.

PILAR SANTOS / MADRID
RAMÓN VENDRELL / BARCELONA

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Mariano Rajoy no se resigna al veto de las corridas de toros en Catalunya a partir del próximo 1 de enero. El líder de la oposición aprovechó ayer que todas las encuestas dan mayoría absoluta al PP (la última, la de EL PERIÓDICO, señalaba el lunes una victoria holgadísima) para asegurar que gobernará con «diálogo» y «sin prohibiciones». A continuación Rajoy explicó que, antes de decidir qué hará ante la abolición catalana, va a esperar a conocer la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre el recurso que su partido presentó el año pasado contra la ley aprobada por el Parlament.

Pero, como se espera que ese fallo se demore varios meses, el líder del PP reveló que ha pedido un informe jurídico para conocer las consecuencias que tendría que el futuro Ejecutivo declarara los toros bien de interés cultural (BIC). «[El documento] nos dirá si esa declaración supone automáticamente que ya no hay competencia en las comunidades autónomas para decidir», aseguró.

LAS POSIBILIDADES / Fuentes jurídicas del Parlament declararon que «la cultura en Catalunya es competencia exclusiva de la Generalitat». A lo sumo, continuaron esas fuentes, la declaración de los toros como BIC podría «abrir un nuevo conflicto competencial sobre el que tendría que resolver el TC». «Pero todo esto es política ficción», remataron.

Más contundente se mostró un catedrático de Derecho Constitucional de la Universitat Pompeu Fabra que prefirió el anonimato. «La Generalitat -contó- tiene toda la competencia para regular los espectáculos en Catalunya, y esa competencia no fue cuestionada por el TC en la sentencia sobre la reforma del Estatut. Así que no alcanzo a ver cómo la declaración de BIC podría anular una ley del Parlament».

El recurso del PP ante el TC tiene dos líneas argumentales básicas. Por un lado reconoce que la Generalitat tiene competencia para regular los espectáculos, pero cuestiona que pueda prohibirlos. «No tiene peso en clave constitucional -opinó el experto-. Prohibir es una forma de regular o regular puede llegar a significar prohibir, como usted quiera. Por ejemplo el Parlament podría haber hecho una regulación tan restrictiva que en la práctica significara la prohibición de los toros».

Por otro lado la apelación del PP expone que el veto impide el acceso a una manifestación cultural que forma parte de la identidad española. «Durante mucho tiempo fue así -analizó el catedrático-, pero en la actualidad la sensibilidad hacia los animales ha cambiado y mucha gente rechaza los toros. El legislador pondera estos intereses en conflicto y opta por una prohibición que parece perfectamente constitucional».

El experto, no obstante, advirtió de que en un año el TC puede estar renovado de forma conveniente al PP y recordó que durante las deliberaciones sobre la reforma del Estatut tres ilustres miembros de ese órgano fueron fotografiados en una corrida en la plaza de Sevilla.