Puentes rotos en Badalona

La mayoría de los colegios de Catalunya han aprovechado la doble posibilidad de puente que ofrece esta semana para enlazar cuatro festivos. Aunque también hay excepciones, como ha ocurrido en Badalona, donde casi todos los centros han abierto los tres días laborales. Una decisión que no ha sido del agrado de todos y que ha provocado una controversia similar a la que se desencadenó con la no-celebración del 12 de octubre, cuando el consistorio dio carta blanca para acudir a trabajar a los empleados municipales, una decisión que todavía arrastra maraña judicial.

El afán de laboriosidad escolar ha provocado división de opiniones entre el respetable, que asiste sin capacidad de maniobra a la decisión de 45 de los 54 centros educativos públicos de la ciudad de abrir lunes y viernes de esta semana y reservarse los 3 días de libre disposición con que cuentan para otro momento del curso. Es el caso de la escuela Montigalà, donde incluso algunos de los padres que trabajan toda la semana y despejan así posibles problemas logísticos hubieran adoptado una fórmula intermedia.

“Yo trabajo de tarde y es mi madre quien tiene que venir a buscar a Kevin; hubiera estado bien un poco de descanso para ella, poder quedarse en casa con el niño, al menos el lunes o el viernes, que la pobre está operada de las dos rodillas”, razona Mari Carmen Gil. Más a favor se muestra Rosario Encarnado, abuela de Azahara Sánchez y encantada de poder mantener las horas “para acabar la faena de casa”. “La niña ya da guerra a las seis de la mañana, así que mejor que el colegio abra estos días”, destaca.

UNIFICACIÓN

Otra abuela, Carmen Fernández, se suma a la causa, pero pide que las decisiones sean más homogéneas. “Mi marido recoge a dos nietos y yo a otro en centros diferentes, que no hacen puente. Pero ¿qué pasaría si uno de los coles fuera de los que sí ha pactado puente? Hay que pensar más en las familias”, destaca.

El pragmatismo es la nota coincidente para Juan Antonio Nasarre y Eva Nieto, que este año han acogido la decisión de buen grado “Estoy de baja, pero hubiera sido una faena otro año. El niño está en P-4  y no hace exámenes, por lo que nos hubiéramos escapado a nuestra casita en Vall d’Aran", explica con franqueza este vecino del barrio de Montigalà. “Me adapto porque estoy de vacaciones, pero si no fuera así, ¿con quién dejo a mi niña?, expone Nieto.

PLANES

Desasosiegos domésticos que no perturban a Noa, que a sus 5 años desfila por el patio del colegio Montigalà con sonrisa innegociable. Allí acude a su encuentro su madre, Ana Enrique, que como profesora de la UAB se sabe privilegiada por disfrutar del calendario universitario, “más flexible que el escolar”.  “Sé de familias que harán campana para poder viajar todos a Londres y a otros destinos, aprovechando que los niños son pequeños; nosotros nos conformaríamos con pasar más tiempo con ella”, expone.

Más consciente de las vicisitudes del mundo adulto es Eloi Domínguez, quien a sus 10 años no solo no tendrá la semana que hubiera deseado, sino que, además, se ha encontrado con que los días festivos los ha tenido que pasar estudiando. “El lunes tuve un examen y este viernes me toca otro, el de Medio natural”, explica resignado.

Sus padres, Carlos y Eva, hubieran estado encantados de que el viernes hubiera sido festivo para Eloi y su hermano, Leo. “Hubiéramos hecho planes como ir a ver belenes o pasar el día en la montaña”, dice Carlos. Isabel, una de las profesoras, relativiza las discrepancias y aboga por ser práctica: “Todo el curso recogen a los niños las madres y los abuelos; no es mala idea que descansen y que podamos conocer a los papás”.