Proyectadas tres hidroeléctricas a lo largo del Ebro

La Generalitat apoya las nuevas centrales en Tortosa, Benifallet y Garcia

S. B.
TORTOSA

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Un río Ebro regulado en todo el tramo que transcurre por Catalunya a través de azudes (construcción elevada que facilita desviar el agua) que permitan, además, el aprovechamiento hidroeléctrico. Esa es la idea que la empresa Sociedad General de Servicios a Colectividades SA (Sercosa) plantea llevar a cabo en el tramo final del río. Por ello, proyecta la construcción de tres azudes regulables en los municipios de Tortosa y Benifallet (Baix Ebre) y Garcia (Ribera d'Ebre), vinculados a otras tantas centrales eléctricas de entre 10 y 15 MW de potencia cada una y una producción media de 50 y 70 MW, que se unan a la línea de centrales existentes, en Riba-roja d'Ebre, Flix, y Xerta, y al azud de Ascó. Representantes de Sercosa expusieron su proyecto ayer ante el Consell Econòmic y Social de les Terres de l'Ebre (CESTE), formado por la Generalitat y los agentes socioeconómicos de la zona. La Generalitat da su apoyo a una iniciativa que implicaría una inversión de 99 millones de euros y generaría, según Sercosa, 800 puestos de trabajo directos durante las obras.

De hecho, la construcción de varios azudes que laminen el tramo final del río se ha intentado llevar a cabo desde los años 90 sin éxito hasta el momento y en ocasiones ha suscitado polémica. En su día, se planteó como una obra vinculada al macrotrasvase del Ebro previsto por el PP, por lo que despertó la oposición del colectivo antitrasvase. Ahora, sin embargo, se valoran posibles beneficios ambientales y también para la navegación en el río asociados a esta obra, de manera que el Govern afirmó que la integrará como «actuación crítica» en el futuro plan estratégico del Ebro. «Se trata de un proyecto muy interesante, que quizás con medidas correctoras, podría tener efectos positivos para el tramo final del río, que experimentaría un recrecimiento aproximado de tres metros», apuntó Josep Maria Franquet, presidente del CESTE. «Podría implicar la detención de la cuña salina, tendría un impacto visual positivo, también permitiría una mejora en la navegabilidad e incluso tendría repercusiones sobre el desarrollo excesivo de algas y la proliferación de la mosca negra», expuso el delegat del Govern en el Ebro, Xavier Pallarés.

NAVEGACIÓN Y DEPORTE

Así lo defiende la empresa en un comunicado: «Al mantener una lámina de agua estable, correspondiente al ancho que ocupan 1.200 m3/seg., se estabilizan lo márgenes y también se logra un grueso de agua que dificulta el paso de los rayos solares y evita la proliferación de vegetación acuática, y además facilitaría la navegación y la práctica de deportes acuáticos». Franquet lamentó que anteriormente el proyecto quedara «paralizado ante la Confederación Hidrográfica del Ebro». Sercosa anunció que está pendiente de la oferta de condiciones del Ministerio de Agricultura y estimó entre 2 y 3 años el plazo de construcción de las centrales.