El Papa decidió renunciar tras un informe sobre sexo y corrupción en el Vaticano

El texto, encargado por el Pontífice a tres cardenales intachables, habría anticipado la dimisión, según la prensa italiana

El Papa saluda a los fieles, desde el balcón del Vaticano, este domingo.

El Papa saluda a los fieles, desde el balcón del Vaticano, este domingo. / SR/mel

ROSSEND DOMÈNECH / Roma

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Lobis económicos, sexuales y de tráfico de influencias a altísimos niveles, con verdaderos aparatos para enfangar a adversarios de carrera. Además de los dos cardenales electores que encubrieron a clérigos pederastas, en el próximo cónclave entrará un informe ultrasecreto, que con toda probabilidad ha constituido la gota que colmó la paciencia de Joseph Ratzinger y que le decidió a renunciar al cargo. La historia, revelada este miércoles por la periodista Concita di Gregorio en el diario 'La Repubblica' y otro artículo en la revista rival 'Panorama' con el título 'No fornicarás, no robarás', da un giro a las razones alegadas por Benedicto XVI para abandonar el papado.

Todo surgió a raíz del llamado 'Vatileaks', con las filtraciones de documentos personales, reservados o secretos de Benedicto XVI. A causa de aquel asunto fue detenido, encarcelado y procesado Paolo Gabriele, mayordomo personal del Papa, transformado en el único culpable del caso. Sin embargo, el Papa instituyó una comisión de tres cardenales para que realizase la contrainvestigación política sobre el 'Vatileaks'.

Se trata de tres cardenales ancianos --el opusdeísta español Julián Herranz, el eslovaco Jozef Tomko y el italiano Salvatore de Giorgi-- que el pasado diciembre entregaron al Papa su informe final. Son dos tomos de 300 páginas, con los nombres, vida y milagros de quienes trabajan en el gobierno central de la Iglesia. Su dosier se suma a otro sobre la corrupción interna, llevado a cabo a instancias del Papa por el arzobispo Carlo Maria Viganò, que fue alejado después de Roma por la Secretaría de Estado, 'la Moncloa' del Vaticano.

Personas chantajeables

El informe de la comisión de los tres ancianos cardenales --cuyo presidente es Herranz-- constituye una radiografía del gobierno de la Iglesia en la que salen a relucir los diversos lobis que actúan a la sombra de los pontífices, sus actividades y, sobre todo, sus debilidades. Precisamente a causa de sus debilidades económicas y sexuales, muchas de las personas interrogadas por el trío cardenalicio serían chantajeables, o como escriben en latín, sujetos a una 'impropriam influentiam'.

La radiografía evidenciaría la existencia de varios lobis, el más curioso de los cuales sería el homosexual, con lugares para concertar citas en la periferia y el centro de Roma, extremos todos ellos que han sido desmentidos por sus protagonistas en los interrogatorios. Otro grupo, unido por sus orígenes, constituiría una verdadera central para favorecer o destruir carreras. Y un tercer grupo usaría ingentes fondos económicos para influir en las decisiones del Gobierno papal. "Todo gira en torno a la no observancia del sexto y séptimo mandamientos de la Iglesia ("no cometer actos impuros" y "no robar").

Los tres cardenales no entrarán en el conclave por razones de edad, pero su informe resultará decisivo para la elección del sucesor.