Movilizaciones en la enseñanza

Los padres de alumnos hacen historia con su boicot a Wert

ANTONIO M. YAGÜE
MADRID

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Ya no sorprende ningún tipo de huelga o movilización. Y menos contra los recortes y provocaciones del ministro de Educación, José Ignacio Wert. Pero la de ayer, con niños y padres en las plazas en lugar de las aulas, pasará a la historia del mundo educativo por ser la primera «huelga de padres». «Una protesta sin precedentes para un ataque sin precedentes a los derechos de los alumnos y la familias», justificó ayer José Luis Pazos, portavoz de la confederación mayoritaria de padres de la enseñanza pública (Ceapa), convocante de la movilización, que avisó a Wert y su equipo de que las familias presentarán batalla y continuarán con las movilizaciones «porque no están dispuestas a que las cosas sigan por este camino». El camino, según Pazos, se llama más recortes, y una reforma educativa con recetas del pasado como reválidas, repetición de curso e itinerarios segregadores. La Ceapa aclaró que ha pedido a los profesores que no sean ellos quienes acudan a la huelga. «Han asumido muchos sacrificios y ahora nos toca a nosotros», explicaron los padres.

El paro, como todos los que se precien, no estuvo exento de la guerra de cifras de seguimiento, un 80% según los convocantes, y apenas un 23% según el Ministerio de Educación. El departamento de Wert y altos cargos del PP siguieron ayer con su política de minimizarla y desacreditarla achacándole un carácter ideológico afín a la extrema izquierda. Incluso la Secretaria de Estado de Educación, Monserrat Gomendio, imitando a Mariano Rajoy, tras la manifestación de la Diada, agradeció a la mayoría silenciosa de padres «con responsabilidad» que no respondieron a la convocatoria.

PARO ORGANIZADO / El paro, muy desigual, contó con una implicación escasa de las familias catalanas, ya que la principal federación de ampas en esta comunidad, la Fapac -que no está asociada a la Ceapa-, no llamó a sus afiliados a movilizarse. Pero tuvo gran eco en Asturias, Andalucía, e incluso en autonomías gobernadas por el PP, como la Comunidad Valenciana y Madrid. En ellas, miles de padres colaboraron para dejar muchos pupitres vacíos pidiendo el día libre o echando mano de familiares, amigos y voluntarios. Incluso en algunos colegios, como el de la Virgen de la Paloma, en el centro de Madrid, la ampa se organizó para hacer turnos y poder cuidar a los niños durante el horario laboral.

RECORTES INSOPORTABLES / Los padres clamaron contra el aumento del número de alumnos por aula y el deterioro de la escuela pública. Para muchos es insoportable la eliminación de las ayudas para libros y comedor. «No todos podemos gastar 180 euros de golpe en material», explicó Mari Carmen Amador, madre de dos niños de 7 y 10 años. «Es intolerable que deban pasar hambre. No se entiende que de los 44,2 euros de gasto público por escolar al día, según datos facilitados por Wert, no se pueda destinar el pico de 4,2 a comer, que se supone que es antes», comentó Luis Durán, padre de tres niños del colegio San Cristóbal, en el ayer faltó a clase un 85% del alumnado.