La equidad entre sexos

Perlas delatoras

Unas mujeres forman un mural reivindicativo, la víspera del Día contra la Violencia de Género del 2011, en Madrid.

Unas mujeres forman un mural reivindicativo, la víspera del Día contra la Violencia de Género del 2011, en Madrid.

M. V.
MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El PP es un partido que abarca un amplio abanico ideológico. En él caben desde mujeres que defienden su derecho a ser tratadas en pie de igualdad, como ocurre en la mayoría de los partidos conservadores europeos, a los que propugnan la vuelta al modelo tradicional de familia. Si esto es así, ¿por qué el Gobierno está protagonizando un retroceso en lo que tanto ha costado ganar?«Dentro del PP hay poderes fácticos y mediáticos que cuentan mucho y empujan hacia el modelo tradicional»,responde Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas. ¿Y son los que mandan? La respuesta podría ser que sí a la vista de las perlas que han soltado sus máximos dirigentes en los últimos meses, nunca contestadas por las dirigentes de mentalidad más abierta.

La primera y quizá más reveladora la dijo el hoy presidente Mariano Rajoy en el único debate electoral que le enfrentó al candidato socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, al reivindicar el fuerte componente igualitario de su partido de esta desafortunada manera:«Cuento con muchas mujeres en mi equipo, magníficamente preparadas, y casi todas ellas llevan su casa, cuidan de sus hijos». Su concepto del reparto de tareas en el hogar quedó muy claro.

Igual que quedó claro el concepto de familia de Javier Arenas, el sempiterno candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía, cuando afirmó que apoyará las políticas relativas a la mujer que se pongan en marcha desde el Gobierno central para«recuperar los valores familiares que, desde que la mujer trabaja, se han perdido».

Nadie ha llegado a tanto como Arenas, aunque el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, pareció querer optar al premio con su afirmación de que«la libertad de la maternidad hace a las mujeres auténticamente mujeres». En su carrera por justificar la contrarreforma de la ley del aborto se ha adornado también con afirmaciones tales como que«hay una violencia estructural contra las mujeres embarazadas».

Hoja de ruta

Aunque intenta no dejarse arrastrar por el concepto patriarcal de sus correligionarios, la titular de Igualdad, Ana Mato, no ha podido evitar algún resbalón, como cuando se refirió a la violencia machista con la caducada expresión de violencia doméstica.

Nada que ver con el vendaval tradicionalista desatado en el VI Congreso Mundial de las Familias, en Madrid, en el que, por poner un ejemplo, había un panel titulado así:«Autenticidad de la mujer: redescubriendo la vida en el hogar». A la cita acudieron dirigentes de segunda fila del PP o con escaso poder, como Jaime Mayor Oreja. Pero David Pérez, presidente de la Federación Madrileña de Municipios y alcalde de Alcorcón, un hombre de Esperanza Aguirre, aseguró que de allí iba a salir«una hoja de ruta para las administraciones». No es extraño que a las feministas se les pongan los pelos de punta.