METEOROLOGÍA ESPACIAL
La mayor tormenta solar registrada causaría ahora 23.000 millones de euros de pérdidas
Latormenta solar que llegó a laTierra el pasado viernes ha tenido escasos efectos. Pero si se volviera a producir hoy la mayortormenta magnética solar de la que se tiene registro, datada en 1859 y a la que los científicos de la época bautizaron comoCarrington, laspérdidasen lossistemas de telecomunicaciones por satélite rondarían los 22.860 millones de euros.
Según elcatedrático del Departamento de Astronomía y Meteorología de laUniversitat de Barcelona (UB)Blai Sanahuja, que participa en el proyecto europeoSpacecast, "la importancia de estos fenómenos no ha cambiado por el sol, que sigue su ciclo habitual, sino por nuestradependencia de la tecnologíadependencia tecnología, en la que estos cambios tienen cada vez un impacto más grande".
Pérdida de satélites
De hecho, explica Sanahuja, ya ha habidopérdidas millonarias causadas por fuertestormentas magnéticas que han dañado lossatélites. Entre octubre y noviembre del 2003, las tormentas afectaron a 47 satélites, y los daños, incluyendo la pérdida total desatélites científicos, se valoraron en 640 millones de dólares.
ElSoltiene unciclocasi regular de actividad que dura unos 11 años y el número detormentas magnéticas de origen solar varía desde una quincena anual en el mínimo delciclo solar hasta unas 60 en su máximo. Se prevé que el próximo máximo del ciclo actual tenga lugar entre el 2013 y el 2015.
Tiempo espacial
El proyecto Spacecast, puesto en marcha el 1 de marzo, ofrecerá datos regulares y fiables del tiempo espacial, actualizado cada hora, que ayudarán a proteger los satélites utilizados para la navegación, las telecomunicaciones, la teledetección y otros servicios, ha informado laUB, que cuenta con varios investigadores que participan en este programa.
Spacecast analizará los fenómenos explosivos que tienen lugar en el Sol que emitenpartículas de alta energía yradiación electromagnética que afectan a laTierra y su campo magnético. Eltiempo espacial es el conjunto de condiciones del medio interplanetario, entre el Sol y la Tierra, en un momento determinado, y refleja las alteraciones debidas a la actividad solar.
Liderado por investigadores delCentro Antártico Británico (BAS), Spacecast ha comenzado a ofrecer previsiones, con un margen de entre una y tres horas, que proporcionan a los operadores de satélite el índice de riesgo de tempestades solares y geomagnéticas. Estos avisos permiten actuar para evitar interrupciones y un mal funcionamiento de los satélites, para que, desconectando sistemas no esenciales, redireccionando señales o reorganizando maniobras de órbita, puedan continuar operando durante estas tormentas.
Los cinturones de Van Allen
Las previsiones actuales están restringidas ahora a los cinturones de radiación de Van Allen, la región de la magnetosfera más cercana a la Tierra, donde orbitan la mayor parte de los satélites. Estos cinturones son zonas estables con una densidad elevada de protones o electrones, atrapados por el campo magnético terrestre, y forman dos anillos en torno a la Tierra.
En los próximos dos años, Spacecast trabajará en el conocimiento de la física de estos fenómenos para mejorar las previsiones del tiempo espacial.
El estudio se hará extensivo a los electrones de más baja energía y también se trabajará para modelizar los choques generados por perturbaciones interplanetarias.
Flujos de partículas
Lamodelización de los flujos de partículas por el espacio interplanetario constituye la línea principal de trabajo de los investigadoresBlai Sanahuja yÀngels Aran, que además de participar en el proyecto Spacecast, colaboran en otras iniciativas europeas y en la Agencia Espacial Europea (ESA), junto a la investigadora de la UBNeus Àgueda.
El estudio de los flujos de partículas energéticas de origen solar fuera de la magnetosfera es especialmente importante cara a las misiones espaciales. "De hecho, el desconocimiento que tenemos, de cómo se generan, qué intensidad pueden conseguir... es un de los grandes riesgos de las misiones espaciales, y más si son tripuladas", afirma Sanahuja, para quien lameteorología espacial está todavía en sus inicios.
Las principales dificultades de esta disciplina son, por un lado, la falta de datos (hay pocas sondas interplanetarias y satélites y se trata de fenómenos de millones de kilómetros de extensión), y por otro, el hecho de que no se trabaje con gases eléctricamente neutros, como en la atmósfera terrestre, sino con plasmas, gases totalmente ionizados en un entorno magnetizado muy variable.
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