confesión en l'escala

Un ladrón se entrega para comer y dormir en la cárcel

FERRAN COSCULLUELA
GIRONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La crisis hace estragos en todos los sectores, incluido el de la delincuencia. Un ladrón habitual de L'Escala (Alt Empordà), que vivía en precarias condiciones en una caravana, se entregó el pasado día 19 a los Mossos d'Esquadra y les explicó que en los últimos meses había entrado a robar en siete domicilios. Al ser preguntado por los agentes sobre el motivo de su confesión, Jordi M. F., de 32 años, admitió que no lo hacía por arrepentimiento, sino porque era consciente de que en la cárcel estaría mejor que en la calle. «Dijo que pasaba hambre y frío y que si entraba en prisión tendría comida y cama y estaría mejor cuidado», explicaron ayer fuentes policiales.

La perplejidad de los agentes ante semejante comportamiento fue considerable, pero aún les aguardaba una sorpresa mayor tras comprobar que, después de que el juez de guardia de Figueres enviara al acusado a prisión, este les llamó ayer por la mañana por teléfono para agradecerles que lo hubieran detenido y explicarles lo bien que se encontraba.

Para ganarse su entrada en el presidio, el caco admitió, en presencia de su abogado, los robos que había perpetrado en siete domicilios e incluso explicó que se había quedado a vivir durante una temporada en algunos inmuebles utilizados como segunda residencia por sus dueños. Como demostración de que decía la verdad, el delincuente indicó a la policía dónde guardaba el botín que había obtenido, compuesto de electrodomésticos, ordenadores, televisores, cámaras de fotos, teléfonos móviles y dinero en efectivo.