Préstamos a cambio de desnudos

Estudiantes chinas envían sus 'selfies' sin ropa a prestamistas que operan por internet como aval de devolución del crédito

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ADRIÁN FONCILLAS / PEKÍN

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Las trabas del sistema financiero ortodoxo, el desdén juvenil por las consecuencias y el imprescindible puñado de facinerosos han modelado un innovador sistema de aval crediticio en China. Chicas entregan 'selfies' desnudas a prestamistas contactados por internet que serán divulgados si el dinero no es devuelto con puntualidad. El fenómeno obliga estos días a la sociedad china a plantearse los límites del consumismo, la codicia o la inconsciencia.

El asunto parecía anecdótico cuando emergió la semana pasada pero la prensa nacional ha ido acumulando casos, un abogado dice haber defendido ya a una veintena de víctimas y no cuesta encontrar en la red fotografías de chicas desnudas sujetando un cartel con su nombre y documento de identidad.

Una foto muestra a una estudiante que había pedido 10.000 yuanes (1.341 euros) para pagar un aborto. Otra solicitó 120.000 yuanes (16.093 euros) para empezar un negocio y hubo de pedir ayuda a sus padres cuatro meses después con la deuda doblada para evitar la publicación de las fotos. El cuadro se agrava con intereses leoninos del 30% semanal que cavan un hoyo cada vez más hondo.

MIEDO A DENUNCIAR

Otra víctima pidió un préstamo de 500 yuanes (67 euros) que rápidamente creció a medida que se veía obligada a solicitar nuevos para cubrir los anteriores. El prestamista le pidió el 'selfie' cuando alcanzó los 55.000 yuanes (7.376 euros). Dice que muchas de sus compañeras de clase han sido absorbidas en esa espiral pero el miedo les impide denunciar. En la red se ha descrito el mecanismo como el nuevo opio.

El núcleo del escándalo lo ocupa Jiedaibao, una plataforma que conecta a particulares, normalmente amigos y conocidos, para que pacten los términos de sus préstamos. Sus responsables eludieron en un principio cualquier responsabilidad subrayando el carácter privado de los acuerdos. Poco después condenaron los “préstamos por desnudos”, se mostraron inclinados a colaborar con la policía y culparon a quienes se aprovechan de su plataforma para la usura y el chantaje.

INTERESES DESORBITADOS

El problema de fondo es la falta de acceso de los estudiantes a los créditos bancarios desde que la normativa se endureció en el 2009. El vacío dejado por la banca tradicional ha sido ocupado por una industria que opera en internet con intereses desorbitados. En contra de los estudiantes pesan, además, su falta de conocimientos  financieros y una regulación confusa e insuficiente.

No es extraño ver anuncios de webs que prometen préstamos fáciles e inmediatos en las paredes de institutos y universidades. Muchos estudiantes consiguen dinero de varias plataformas simultáneamente sin reparar en su capacidad de devolverlos. La prensa ha contado varios suicidios de insolventes. El aval con los selfies desnudos es apenas la degeneración del sistema y el corolario de la capacidad china para explorar nuevas formas de negocios.

Una joven necesitada de fondos para sus estudios o para el nuevo iPhone sólo necesita enviar un 'selfie' para recibir en pocas horas hasta 15.000 yuanes (2.011 euros) a un plazo máximo de tres años. Los abogados han aclarado que la práctica no es ilegal y que el prestamista sólo delinque cuando las divulga. La prensa nacional ha denunciado que incluso con el crédito satisfecho algunas fotos son vendidas en internet como material pornográfico.

PACTOS PARTICULARES

El escándalo ha estimulado las promesas de las autoridades educativas y financieras de ordenar ese salvaje oeste financiero pero los analistas han advertido de que no será fácil detener los pactos particulares en internet. Los prestamistas tienen una reconocida habilidad en China de caminar por delante de las leyes. Las redes privadas fueron decisivas en los albores del milagro económico para financiar los proyectos de la nueva clase empresarial y muchos chinos las prefieren aún a la banca tradicional.

Pero más allá de debates legales, China atiende a la moral del asunto. Una encuesta reciente del diario ‘Legal Weekly’ revela que sólo el 44 % acusa a los prestamistas por aprovecharse de vulnerables jovencitas. El resto las culpa a ellas y señalan el consumismo y la caída de los estándares éticos. Lo ha resumido el responsable de una de las webs crediticias: “Después de todo, una deuda es algo que tienes que devolver algún día. Y ser estudiante no es una excusa”.  

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